La sanidad pública andaluza sigue deteriorándose a pasos agigantados. Los destrozos sanitarios de Moreno Bonilla cada día son mayores, cada día le importa menos la salud de los andaluces en general, y particularmente la de los niños y niñas, y cada día recorta más lo público para que lo privado haga negocio.

Faltan pediatras, demasiados pediatras en Andalucía. ¿Alguien puede entender como casi medio millón de niños y niñas menores de 14 años en nuestra región no tengan un especialista cuando se ponen enfermos? Esto no ocurre en ningún otro lugar de nuestro país. El 39% de los niños andaluces no tienen pediatras asignados. De los 1.515 centros de salud que hay en Andalucía, solo 540 cuentan con consulta de pediatría. ¿Y Moreno Bonilla qué hace ante este problema? Nada, absolutamente nada.

Esta es una situación generalizada en todas las provincias andaluzas, pero que padecen especialmente los menores de zonas rurales. Son muchos los pueblos e incluso las comarcas que se han quedado sin pediatra desde que gobierna Moreno Bonilla. ¿Esta es la sanidad que merecen los niños andaluces?

A ello se añade la reciente alerta del Sindicato de Enfermería, en el Hospital Materno de Málaga, que se encuentra bajo mínimos por la mala gestión de Moreno Bonilla en verano, lo que ha pasado factura a los profesionales y a la calidad de los cuidados que se ofrece a los pacientes. Actualmente este hospital tiene sin cubrir 80 bajas y 120 reducciones de jornadas por cuidados familiares.

¿Y esto cómo está afectando a la salud de los niños? Pues afecta porque muchas enfermeras se están viendo obligadas a atender a pacientes en unidades donde nunca han trabajado y a cuyos cuidados no están habituadas, porque se tratan de unidades tan específicas y tan especializadas como neonatos u oncología pediátrica, lo que hace que la situación sea más delicada y urgente de solucionar.

El sindicato Satse también advierte que la planta de Oncología Pediátrica tenía programada la apertura de unas habitaciones de aislamiento, llamadas cámaras, en la que los niños requieren una atención y cuidados, realizados en exclusiva por un solo enfermero. ¿Por qué no se incrementa el personal en una unidad tan sensible, delicada y específica como es ésta?

Para lo que no falta dinero en Andalucía es para las clínicas privadas, Moreno Bonilla acaba de destinar otros 734 millones para ellas en los próximos años, con la falsa excusa de que es para reducir las listas de espera. Pero no contento con ello, está preparando otros dos convenios de 30 millones más, también con clínicas privadas para derivar enfermos psiquiátricos. ¿Y por qué no destina todos estos recursos a fortalecer la sanidad pública que debería ser la prioridad?

El problema de la salud mental va a más en Andalucía, pero Moreno Bonilla no hace nada, salvo utilizarlo como excusa para destinar más millones a la privada. En 2018 se atendió en primera consulta a más de 113.000 pacientes andaluces con problemas mentales, emocionales y conductuales. A finales de 2021 ya eran más de 134.000. Una tendencia que se ha agudizado por el impacto de la pandemia en niños y adolescentes.

En Andalucía faltan profesionales de psicología clínica. Sólo hay 4,5 por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de la media nacional, que supera los 6. Y no queda aquí la cosa, puesto que el 25% de los pacientes esperan más de dos meses a ser atendidos. ¿Sr. Moreno Bonilla por qué no aprueba de inmediato un plan para incrementar el número de estos profesionales necesarios en general y particularmente para niños y adolescentes en estos momentos?

Y ya que hablamos de los cientos de millones que Moreno Bonilla destina a la privada, no quiero olvidarme cuando escatima dinero en aplicar tratamientos a pacientes. Tal es el caso ocurrido a comienzos de este año del bebé malagueño con una enfermedad genética neurodegenerativa muy grave, una atrofia muscular espinal, cuya mejora tenía un coste farmacéutico de 1,9 millones. Ante el elevado coste del tratamiento, el gobierno de la Junta de Andalucía estuvo más de una mes mareando la perdiz para no aplicarlo.

Hace también unas semanas conocimos el caso de un menor del Colegio de Educación Infantil y Primaria Inés Relaño de Almería capital que se desmayó y cuya urgencia tardó en atenderse una hora. ¿Un niño en la capital almeriense tarda una hora en ser atendido con dos centros sanitarios al lado del colegio y no pasa nada?

Es una absoluta barbaridad que estando el colegio al lado del CARE Nicolás Salmerón y el centro de Salud Casa del Mar, la ambulancia tarde una hora desde la llamada al servicio de emergencias. ¿Se pone en riesgo la salud y la vida de un niño y se mira para otro lado Sr. Moreno Bonilla?

El desenlace del menor por suerte no tuvo consecuencias, pero esta lamentable situación se ha repetido en tres ocasiones en los últimos meses en la provincia almeriense, con el resultado de tres personas fallecidas, dos de ellas en Almería y otra en Tíjola, esperando a que llegara una ambulancia que tardó en todos los casos más de 40 minutos en aparecer. ¿Hay derecho a esto en pleno siglo XXI?

Si en los últimos días han aumentado las protestas contra la Junta de Andalucía por la educación pública, ahora se añaden manifestaciones de diferentes organizaciones en defensa de la sanidad pública denunciando el destrozo de Moreno Bonilla. La Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas han convocado, para el sábado 28 de octubre, manifestaciones en todas las provincias andaluzas. “Nos roban la sanidad, nos quitan la vida”.

Reclaman entre otras cosas frenar las privatizaciones, invertir en Atención Primaria, reducir las listas de espera, facilitar el acceso al sistema sanitario, mejorar la atención a la salud mental y eliminar la precariedad laboral del sistema sanitario. ¿Sr. Moreno Bonilla hasta cuando va a seguir destrozando nuestra sanidad pública?