Moreno Bonilla se ha hecho una autoencuesta que concluye que es el más alto, el más listo, el que mejor lo hace; incluso, que no es presidente del Gobierno de España porque no quiere. Es lo que tiene hacerse una encuesta consigo mismo, que dice lo que tú quieres que diga y no la realidad de lo que piensan los andaluces y andaluzas.

Hace unos días a Moreno Bonilla le temblaron las piernas con el barómetro mensual de El País y la Cadena SER, que daba un empate técnico en Andalucía en número de parlamentarios entre PP y PSOE. Esto puso muy nervioso al PP y rápidamente han respondido con su encuesta, la del CENTRA, que para aquellos que no lo sepan, está controlada por la Junta de Andalucía.

Desconocemos a quién ha entrevistado la Fundación CENTRA para hacer dicha encuesta. Pero lo que sí sabemos es que no han realizado las entrevistas en las colas a las puertas de los centros de salud; ni en las urgencias de los hospitales; ni entre los mayores que siguen sin acceder a la Dependencia; ni a los padres y madres a las puertas de los colegios masificados y en malas condiciones; ni entre los jóvenes que no han cobrado el Bono de Alquiler Joven; ni tampoco entre las familias que no llegan a fin de mes para poder pagar el alquiler.

Moreno Bonilla no iba a hacerse una autoencuesta para perderla, eso está claro. Pero también está claro, diga lo que diga esta encuesta; que los problemas han crecido en los últimos cinco años para la inmensa mayoría de los andaluces y andaluzas. Y lo han hecho en casi todos los ámbitos: sanidad pública, educación pública, universidades publicas, Dependencia, vivienda o pobreza, por poner algunos ejemplos.

Los muchos millones de euros que el PP en Andalucía se gasta en publicidad y propaganda, no pueden ocultar los principales problemas que tienen los andaluces, y que aparecen en la encuesta. Comencemos por la tasa de paro en Andalucía. Es la más alta de toda España. Esto no sucedía desde finales de 2019, cuando según la Encuesta de Población Activa, Extremadura tenía una tasa de paro 2,6 puntos superior a Andalucía. Pero hoy, tras cinco años de gobierno de Moreno Bonilla en Andalucía, se han cambiado las tornas y la tasa andaluza de paro es la mayor, superando en dos puntos a la extremeña.

Moreno Bonilla es líder de paro en España, pero, además, Andalucía es la comunidad que tiene los salarios más bajos. Los andaluces están ganando 4.200 euros menos de sueldo al año que la media en España. Jaén, Huelva, Almería y Córdoba son las provincias con los salarios más bajos del país. Tal vez, todo es tenga algo que ver en que 15 de los 20 municipios más pobres de España estén en Andalucía. ¿Habrá encuestado el CENTRA a todas estas familias para saber si también votarán a Moreno Bonilla?

Y luego está el destrozo que está llevando a cabo el presidente andaluz del PP en la sanidad pública. El 48% de los andaluces, según la encuesta del CENTRA, considera que la calidad de la sanidad pública ha empeorado en los últimos años. Los datos son estremecedores y preocupantes. Las listas de espera han vuelto a dispararse. Aumentan los pacientes que aguardan una cirugía. Aumentan los días de espera para operarse, con la cifra más alta de España. Aumentan los pacientes que llevan más de seis meses esperando ser intervenidos. Y aumenta el tiempo para conseguir una consulta con el especialista.

Desde que Moreno Bonilla llegó a la Junta de Andalucía, las listas de espera han aumentado un 25%. Hace unos días conocimos el caso de una abuela, cuyo nieto lleva 572 días esperando una intervención quirúrgica en el riñón. Toda la familia está desesperada y en urgencias solo le pueden dar calmantes y mandarlo a casa. ¿Habrá encuestado el CENTRA a esta familia?

Y todo seguirá yendo a peor, puesto que los sindicatos sanitarios creen que las nuevas medidas de Moreno Bonilla en Andalucía sobre Atención Primaria son “ocurrencias” que no van a funcionar. Han cuestionado la atención en menos de 72 horas por médicos de otras provincias, porque desvirtúan la esencia de este servicio sanitario. Andalucía necesita más inversión en sanidad pública y menos desvíos de recursos públicos para la privada.

En cuanto a la educación, los recortes llevados a cabo por Moreno Bonilla pasan factura. Desde 2019 se han cerrado 2.000 aulas de educación pública. Hay muchos centros educativos que se caen a trozos y donde no se invierten en mejorarlos. Faltan 19.000 docentes en Andalucía para igualar la media nacional en Infantil y Primaria. Las ratios superan los 29 alumnos por aula en grandes ciudades.

Andalucía además está a la cola de España en gasto por alumno y somos la región con las peores notas en el informe PISA en lectura, matemáticas y ciencias. Eso sí, en los últimos tres años, los precios del comedor escolar, el aula matinal y las actividades extraescolares ha aumentado un 14%, encareciendo aún más, la educación para las familias andaluzas.

Por todo ello, la encuesta del CENTRA refleja que la calidad de la enseñanza pública ha disminuido en Andalucía. Un problema que se agrava en las zonas rurales, donde la falta de infraestructuras y recursos es más evidente. Y es que se está debilitando lo público a favor de lo privado, desincentivando la igualdad de oportunidades y el desarrollo educativo en Andalucía. ¿Habrá encuestado el CENTRA a todas estas familias para saber si también votarán a Moreno Bonilla?

A todo esto, se añade un nuevo problema, el de la vivienda. El pasado 9 de noviembre miles de personas en Sevilla, Málaga y Cádiz tomaron las calles para defender la vivienda como un derecho. Málaga es hoy la provincia de España que exige un mayor esfuerzo para alquilar y la segunda para comprar una vivienda. Mientras tanto, Moreno Bonilla no hace nada por bajar el precio de los alquileres, no construye VPO ni siquiera paga el Bono de Alquiler Joven. ¿Habrá encuestado el CENTRA a estos ciudadanos para saber si votarán a Moreno Bonilla?

Moreno Bonilla estará muy contento con su encuesta del CENTRA. Una encuesta hecha a medida, para obtener los resultados que pretendía obtener. Pero, a pesar de ello, hasta la propia encuesta deja entrever las costuras de su nefasta gestión, su política de parches, el descontento social y su pérdida de credibilidad. Su política basada únicamente en publicidad, propaganda y maquillaje de cifras tiene fecha de caducidad.

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