Léase el siguiente párrafo de la crónica de Caño: “La candidata presidencial Michele Bachmann [del Tea Party] anunció su voto en contra del acuerdo firmado por Barack Obama y los líderes parlamentarios, del que dice que convierte a EE.UU. en una dictadura.”  Pues bien, ¿no recuerda semejante soflama o mentira manifiesta a muchas de las reacciones del PP contra iniciativas gubernamentales?  ¿Alguien en su sano juicio puede calificar de “dictadura” a un acuerdo parlamentario apoyado por los líderes de los dos grandes partidos norteamericanos y por el presidente de Estados Unidos?

Dardos dialécticos
Pero que nadie se sorprenda ante la actitud del Tea Party. Actúa como acostumbran a actuar los movimientos o partidos de  extrema derecha. O, en el caso de España, como se las gasta el PP, tan dispuesto siempre a crearse la realidad a la medida de sus intereses electorales. Se trata de soltar cuantas más estupideces con fines provocadores, mejor. Eso lo hacen con enorme facilidad Mariano Rajoy y sus palmeros mediáticos. Lanzan dardos dialécticos cargados de embustes, dirigidos mayoritariamente a los socialistas y, en general, a los progresistas.

Cospedal y Camps
Cuando María Dolores de Cospedal, la segunda de Rajoy, proclamó hace un par de años, que España se estaba convirtiendo en un “Estado Policial”,  emuló al Tea Party, al que Intereconomía, por cierto, respeta con cuidado y hasta venera. Y cuando poco después Francisco Camps, en presencia de Rajoy, dijo que España circulaba hacia un “Gobierno del Terror”, emuló asimismo a sus amigos del Tea Party estadounidense.



Lo más inquietante
El Tea Party no es una fuerza política marginal. El Partido Republicano siempre ha tendido a ser una derecha radical, fundamentalista, basada en el integrismo ideológico y, sobre todo, religioso. Bastaría, pues, para ratificar que los republicanos son derecha pura y dura, evocar los años tenebrosos del macartismo o, más recientemente, los del neocón presidente George W. Bush, sin olvidar a Nixon o Reagan, entre otros muchos personajes notoriamente siniestros. Lo más inquietante, por tanto, es que el Tea Party rebase a los republicanos y los desborde in crescendo por la derecha.

El caldo de cultivo
Muy recientemente el caldo de cultivo de la extrema derecha noruega ha provocado una matanza estremecedora. La  mayor parte de los asesinados eran jóvenes socialdemócratas. ¿Cómo reaccionó la prensa afín a Génova 13? La Gaceta negó como pudo y con engaños la autoría ultraderechista de tan horripilantes crímenes. Los demás medios conservadores, con alguna excepción, lo describieron más como un suceso, lamentable, faltaría más, que como un gravísimo asesinato político.

Relevante sector
El PP tiene a la extrema derecha en su seno. Un relevante sector, instalado desde hace muchos años entre los populares, es parte de la extrema derecha o, si se prefiere, del Tea Party. ¡Menudo cóctel: Rajoy, el centrista, y el PP de la mano del Tea Party!

Enric Sopena es director del PLURAL.COM