El factor humano, es decir, la educación y formación de las generaciones futuras será lo que dará ventaja a unos países sobre otros. Un ejemplo: hace varios años Corea del Sur se planteo la necesidad de la educación como una variante estratégica para encarar el futuro; la primera cuestión fue plantearse lo que les costaría en tiempo y dinero la creación de universidades de excelencia, como las de EE UU. La respuesta les llevo a una conclusión: no podemos esperar tanto, es más eficaz becar a nuestros mejores alumnos en las universidades de excelencia de EE UU. Y las universidades y los centros de investigación norteamericanos se llenaron de alumnos coreanos. Cambiaron el signo de su historia y esta fue la base del desarrollo y la modernidad de Corea del Sur.
Hoy España es un país avanzado, moderno, con una juventud muy preparada, puntero en algunos sectores como la biomedicina, el sistema de trasplantes de órganos, con empresas multinacionales que desarrollan su actividad en los cinco continentes, y no podemos perder el futuro por no elegir bien donde se recorta. La crisis económica nos exige sacrificios a todos, pero el desarrollo de la educación, la innovación, la investigación y la formación profesional serán la garantía de futuro para este País y sus ciudadanos. Las autonomías que no entiendan esto y sigan recortando en educación sentirán el peso de la lenta salida de la crisis. Seamos listos y cambiemos nuestro signo: inventemos nosotros, investiguemos, innovemos, eduquemos. Ésta es la clave.
Joaquín Tagar es periodista