No debe olvidarse que la derecha ha venido difundiendo todo género de acusaciones falsas contra la política socialista en relación, sobre todo, al terrorismo de ETA.  Desde el 11-M de 2004 hasta ahora, la maquinaria genovesa logró  crucificar al entonces presidente del Gobierno, José Rodríguez Zapatero, afirmando, por ejemplo, que estaba arrodillado ante los jefes de la banda armada.

Patraña contra Zapatero
Lanzaron asimismo la patraña de que Zapatero había traicionado a las víctimas, una aseveración perversa, reiterada directamente por quien en aquella época era el líder del PP. Es decir, por Mariano Rajoy, que aún no ha pedido perdón a cuenta de su felonía verbal. Hubo manifestaciones impresionantes, manejadas por el PP y por algunos sectores radicales de víctimas del terrorismo, orientados a desacreditar al PSOE por su supuesta rendición frente a ETA.

Asuntos injuriosos contra Rubalcaba
Y en los últimos tiempos continuaron instrumentalizando el invento del caso Faisán y otros asuntos fuertemente injuriosos, dirigidos también en esos momentos contra Alfredo Pérez Rubalcaba. En fin, que podrían hacerse libros inacabables, enumerando las muchas canalladas utilizadas por la cúpula del Partido Popular  y sus pregoneros capitaneados por Jaime Mayor Oreja y los fieles que lo jalean.

Palabras de concordia
Pues bien, poco después de las palabras de concordia pronunciadas por el nuevo ministro de Interior, empezaron a oírse las trompetas de Jericó, de modo que el ejército de catastrofistas consiguió que Fernández Díaz tuviera que distanciarse visiblemente del elogio a sus predecesores socialistas en Interior.

Merecedor de una cerrada ovación
Pero, hace unos días, el ministro de Interior -según el criterio del núcleo de halcones que controla el Gobierno popular- volvió a las andadas. Y queremos repetir, desde ELPLURAL.COM, que lo que dijo en esta ocasión es merecedor de una cerrada ovación. Los que conocemos a Fernández Diez desde hace varias décadas, podemos subrayar que es un conservador moderado en muchas de sus facetas de ya veterano político. Proviene de UCD y fue cabeza de lista por Barcelona, en las elecciones generales de 1982, del partido suarista CDS. Luego se afilió a AP.

“La dimensión política”
Había manifestado Fernández Díaz que lo de ETA es “un problema con una dimensión política que no debemos obviar”. Y había puntualizado que desde  el 20 de octubre –el día del comunicado pacifista de los etarras-, “ETA, hoy en día, había dejado de ser un problema fundamentalmente policial, que puede seguir siéndolo y por ello la Guardia Civil y la Policía continúan con su tarea, para tener una dimensión política”.

Satisfechos: las urnas suplen a los atentados
¡La que se ha montado contra el mencionado ministro! El PP tembló de arriba a bajo con los ultras irritados y exigiendo “venganza y guerra”, en la sintonía del 2 de mayo. Rosa Diez se apresuró –con su cinismo evidente- a condenar las palabras de Fernández Díaz. ¿Pero qué mal hay con que se potencie la dimensión política, cuando precisamente parece obvio que nos encontramos cerca del final definitivo del terrorismo de ETA?  Debiéramos estar satisfechos de que las urnas suplan de una vez por todas a los atentados mortales que han marcado con sangre inocente cerca de 50 años de la historia de España. Le felicitamos, Sr. Fernández Díez, aunque se haya visto obligado a tragarse sus lecciones de sensatez. O de seny.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM