No estamos en 2006 o 2007, aunque lo parezca. La oposición del PP y de sus nuevos lugartenientes, Ciudadanos y Vox, además de la colaboración de sus altavoces de la caverna mediática, nos han metido en la máquina del tiempo: han decidido poner en el centro de atención a la desaparecida banda terrorista ETA.

Parece que necesitaran a ETA y pidieran a gritos su vuelta. Es tan viejo como la humanidad: buscar un enemigo externo y con eso unir a la gente detrás de su demagogia. Ellos se abonan al cuanto peor, mejor. Volvemos al momento más álgido de la crispación de aquellos años, en los que le gritaban al presidente del Gobierno: “Zapatero, al hoyo con tu abuelo”. El abuelo del ex presidente fue fusilado por los franquistas, después de ser delatado por el General Lafuente, quien por cierto, en 2019 conserva una calle a su nombre en León.

Después de insistir Casado y Rivera con el mantra de los pactos –inexistentes en la realidad- entre Pedro Sánchez y los batasunos, llega el momento de Vox, que decide poner una querella al expresidente Rodríguez Zapatero por, entre otras cosas, “colaboración con banda armada”. Que la realidad no estropee un buen titular, o una buena querella. La historia dice y dirá que ETA acabó, gracias a la colaboración de todos los demócratas durante la segunda legislatura de Zapatero. Con un actor principal, el entonces ministro del Interior, el recientemente fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba.

La guerra ha comenzado también desde la portada de El Mundo: “Los socios de Sánchez no aplauden el discurso de las víctimas de ETA”. Lo primero que se viene a la mente, después de leer el titular, es algo así como “un tío de un amigo de un vecino de Sánchez no aplaude el discurso antiterrorista”. Esos socios son los que no aprobaron los presupuestos, obligando al presidente Sánchez a convocar elecciones anticipadas y son los que hoy amenazan con más de lo mismo.

Desde La Razón, se insiste con una nueva figura, que cobró auge con la moción de censura: aceptar los votos de alguien: “Aunque no se busquen, el presidente en funciones admite los votos de Bildu en una eventual investidura”. ¿Cómo se hace para no admitir los votos? Porque si se pudiera decidir sobre el voto de los otros, me pido no aceptar los votos de Vox a Díaz Ayuso y darle la presidencia de la Comunidad de Madrid a Ángel Gabilondo.

En este clima, seguramente, no fue el mejor momento para que se entrevistara a Otegi en las 24 horas de TVE. Pero una cosa es entrevistar al diputado de Bildu y otra muy distinta es avalar lo que dice. Si el periódico El Mundo entrevista a terroristas, como lo hizo más de una vez, no pasa nada. Si TVE entrevista a Otegi, se trata de un indigno blanqueo para conseguir sus votos para la eventual investidura de Sánchez. Y así funciona el doble rasero.

Esta deriva ofende al expresidente Zapatero, que logró el fin de la banda terrorista, ofende a la memoria de un hombre de estado como Rubalcaba y ofende a todos los demócratas.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com