Ahora sí, ahora no. Las dilaciones de Albert Rivera, en su etapa post electoral, denotan miopía política y un escaso sentido de Estado. Deslumbrado por la posibilidad de marcar el paso y sobrepasar a su rival, el PP, Rivera puede acabar dando un tropezón.

Ocurre que el líder de Ciudadanos juega al cortoplacismo. Quiere estar ya en el poder. Si tuviera una estrategia, lo más inteligente para su formación sería pactar con la izquierda y tratar de condicionar las políticas con su voto decisivo. Eso les pondría por encima del PP.  

Pero tal actitud tendría sentido si Ciudadanos fuera un partido serio, con la mira puesta en el futuro. En vez de eso, Rivera se infla de declaraciones vacías, reclamando pactar con los socialistas que renieguen del presidente Pedro Sánchez, insistiendo cansinamente, aun sabiendo que no tiene ni pies ni cabeza, en que el Gobierno ha pactado con los independentistas, y reclamando la aplicación del 155 en Cataluña porque sí, sin valorar la oportunidad de tal medida.

Cegados por alcanzar el sillón, PP y Ciudadanos acarician acuerdos en los que resulta imprescindible la presencia de Vox. A Pablo Casado, desde sus propias filas, le están llamando la atención por tal circunstancia, incluso lo ha hecho el muy conservador Xavier García Albiol, ex presidente popular en Cataluña, quien ha manifestado con claridad que deben evitar pactar con los de Santiago Abascal, al que considera de extrema derecha. ¿Y qué deben estar diciéndole al presidente del PP sus colegas, los liberales europeos, que enfrentan el populismo y la xenofobia? ¿Y a Rivera? O a ver si nuestros líderes locales se visten en Europa el traje de anti extremismos y en casa se ponen la bata de gobernar con ellos.

Formar gobierno con Vox es indigno. A Vox se le tiene que arrinconar y es Ciudadanos quien debe y puede hacerlo. Si no, será Vox quien mande. Si el presidente de la formación naranja se lava las manos, será el responsable moral y sus seguidores le acabarán pasando factura.

 Lo más inteligente para Ciudadanos sería pactar con la izquierda y tratar de condicionar las políticas con su voto decisivo

Rivera no se da cuenta de que ha empezado el ciclo del PSOE y que es mejor crecer con él que secundar y estar a las migajas del PP. Son tiempos de geometría variable, ya saben, tiempos de reconocer que el ideario de un partido político ya no es monolítico, sino que se compone de pequeños bloques, que en su caso pueden adaptarse o juntarse con los de otros partidos diferentes, en momentos concretos, para construir un conjunto común. Pero para eso hacen falta estrategas y ni Casado ni Rivera parecen responder a tal concepto.

El PSOE en Madrid anuncia que va a pelear por gobernar la Comunidad. Con razón. Es la formación más votada y la que tiene derecho a hacerlo. Mal que les pese a PP y Ciudadanos la realidad es tozuda: España es de izquierdas y va a estar gobernada por las izquierdas. Pero la derecha no lo quiere comprender.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com