Todo en Feijóo ha resultado ser un timo. Engañó a todo el mundo a su llegada a Madrid enarbolando la bandera de una supuesta moderación y de discurso constructivo, pero enseguida comprobamos su verdadera esencia política. Una esencia que no duda en utilizar bulos y golpes bajos, los mismos que usó para llegar a ser presidente de Galicia. Una esencia que ha convertido el insulto en práctica habitual para ejercer la oposición. Una esencia que es capaz de todo por alcanzar el poder, incluído hacer suyos los postulados de la ultraderecha. Se le ve tan cómodo con Vox que Abascal le acaba de enviar una carta para que unan aún más sus destinos contra el presidente Pedro Sánchez.
Estos últimos días hemos asistido al Feijóo más bronco, más duro, más faltón, más desesperado. ¿Alguien sin serenidad ni moderación puede aspirar a ser presidente del gobierno? ¿Alguien que no hace una sola propuesta para mejorar la vida de la gente puede aspirar a ser presidente del gobierno? ¿Alguien que no trabaja para un futuro mejor sino para volver a un oscuro pasado puede aspirar a ser presidente del gobierno? ¿Alguien que representa una fuerza residual en País Vasco y Cataluña puede aspirar a ser presidente del gobierno?
La prioridad de Feijóo hoy es aprobar las mal llamadas “leyes de la concordia” junto a Vox. El PP las ha aprobado en Aragón, en Castilla y León y en la Comunitat Valenciana. Unas leyes que son puro fascismo. Hasta la ONU ha salido a reprobarlas duramente, porque constituyen un ataque a la memoria democrática y a los derechos humanos.
Ante ello, el vicepresidente aragonés y líder de Vox en Teruel se ha permitido el lujo de cargar contra la ONU, diciendo que no van a aceptar lecciones de cómplices del terrorismo de Hamás. Por su parte, el vicepresidente de Castilla y León y líder de Vox pregunta: “¿Quiénes son estos señores?”. Y el PP ha llegado a acusar a la ONU de mentir. ¡Sr Feijóo está traspasando todas las fronteras de la sensatez! ¡Está dejando en muy mal lugar a España! ¡Todo por hacerle el juego a la ultraderecha! ¿Hasta dónde piensa llegar?
Sr. Feijóo entérese: no habrá justicia real en nuestro país mientras miles familias no puedan honrar a sus muertos y otras sigan buscando sus restos. No es decente que PP y Vox pretendan igualar el periodo democrático de la Segunda República con el fascismo de Franco. No se puede equiparar víctimas con verdugos.
Esta semana también Vox ha resucitado su protocolo antiaborto en Castilla y León. El vicepresidente de la Junta ha recordado a los populares que la medida forma parte del acuerdo de Gobierno y que “sería un magnífica noticia para las mujeres”. Recientemente el PSOE de Andalucía le ha recordado a Moreno Bonilla que tres días antes de las elecciones prometió ampliar el rango de edad de la prueba del cribado de cáncer de mama para mujeres de 40 años en adelante, pero dos años después no ha hecho nada de nada.
Estos días, además, ha sucedido otro ejemplo de revancha y revisionismo histórico en el que está empeñado PP y Vox. El Ayuntamiento de Alpedrete en Madrid, gobernado por ambos partidos, ha decidido eliminar los nombres de Francisco Rabal a una plaza y el de Asunción Balaguer al centro cultural situado en ese mismo lugar. Retirar estos dos grandes nombres de la escena española denota ignorancia y maldad de quienes ordenan hacerlo. El retroceso que representan los gobiernos autonómicos de Feijóo y Abascal no son una amenaza, son una realidad.
Vox desea retroceder a la España previa a la democracia. Incluso esta semana, la ultraderecha instaba al Govern balear a actuar sobre las familias para prevenir divorcios y promocionar la maternidad. ¿Lo próximo qué será, prohibir los divorcios? ¿Y Feijóo dirá que sí para no molestar a la ultraderecha? ¡Involucionismo puro! El retroceso que representan los gobiernos autonómicos de Feijóo y Abascal no son una amenaza, son una realidad.
¿Conocemos alguna propuesta de Feijóo para mejorar la vida de los españoles? Ninguna. Se opone a todo lo que sea bueno para los ciudadanos. Se opone a subir las pensiones. Se opone a subir el Salario Mínimo. Se opone a aumentar el presupuesto en becas. Se opone a facilitar el acceso a la vivienda. Se opone a fortalecer la sanidad pública. Sus preocupaciones, las del PP, son acabar con la Memoria Histórica, recortar derechos a las mujeres, censurar la cultura y hasta acabar con el divorcio.
Feijóo, lejos de separarse de Abascal, cada día se difumina más con él en propuestas y planteamientos. Y seguirá haciéndolo en el tiempo, aunque será después de las europeas. Por ello, el PP pretende esconder hasta entonces el nuevo pacto que pretende con Vox en el Ayuntamiento de Segovia. ¡No van a parar!
Pero no quiero acabar este artículo sin dejar muy claro que esos que tanto se envuelven en la bandera la española son los primeros que no defienden a España. ¿Cuántas veces Feijóo ha ido a Europa a hablar de nuestro país para que se perdiesen fondos europeos? Además criticó duramente al presidente del Gobierno cuando en Israel Pedro Sánchez criticó a Netanyahu por la masacre que estaba llevando a cabo sobre la población civil en Gaza, que ha costado la vida a 12.300 niños? ¿Cómo puede el PP apoyar esta masacre?
Ahora, ante los insultos del presidente ultraderechista de Argentina, Milei, al presidente del Gobierno de España, ¿dónde se ha situado Feijóo? ¿Con el Gobierno de España? No, para nada. Se ha posicionado con el ultraderechista Milei. ¿Este es su patriotismo! Ninguno. Nada que ver con Zapatero cuando ante los ataques de Hugo Chávez a Aznar en la XVII Cumbre Iberoamericana en 2007, alzó la voz y defendió la figura de Aznar, argumentando que había sido elegido democráticamente por los españoles y merecía respeto. ¡Cuánta altura política la de José Luis Rodríguez Zapatero y qué poca altura política la de Feijóo!
Sr. Feijóo, ¿por qué sigue empeñado en dividir a la población española en lugar de plantear propuestas para mejorar la vida de la gente? ¿Por qué sigue pactando con la ultraderecha en lugar de volver a la senda de una derecha moderada? ¿Por qué desprestigia la democracia si no consigue gobernar? ¿Por qué tanto hablar de patriotismo cuando aprovecha cualquier oportunidad para hablar mal de nuestro país y de nuestro gobierno? ¿Adónde va Sr. Feijóo?
