Recuerdo los pasados pero recientes tiempos del gobierno de Zapatero y así, a bote pronto, me vienen a la cabeza los últimos Solbes, Bernat Soria y la misma Vicepresidenta De la Vega como una muestra de la representación valenciana en los puestos de mayor responsabilidad. Mariano Rajoy, no solo no ha confiado en ningún valenciano para portar la cartera de algún Ministerio, sino que tampoco y es curioso, hay ningún Secretario de Estado por esos pasillos. Ha erradicado cualquier prueba de que tiene relaciones con esa parte de la costa mediterránea.

Es la primera vez que tengo constancia de la inteligencia del que ahora es Presidente del país. El pillaje era la religión en una Comunidad donde millones de euros en regalos a cientos de políticos justificaban las estafas y los desfalcos que hacían enriquecer a las empresas de los amigos. Aeropuertos sin aviones que hacían buenos proyectos urbanísticos, fracasados parques de atracciones por valor de cuatrocientos millones de euros, montajes en los entornos del circuito urbano de la Formula 1, adjudicaciones en transportes, empresas de servicios de primos cercanos, desfalcos y más desfalcos, atracos y robos sin límite han conseguido que el representante de la Derecha española no quiera nada relacionado con el nombre Comunidad Valenciana.



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