España crece más que nadie, por muchos que algunos sigan empeñados en negarlo. Los últimos informes de la OCDE, de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional confirman lo que ya es una realidad incontestable: la economía española no solo va bien, sino que lidera el crecimiento entre las grandes economías avanzadas. Y, sin embargo, cada dato positivo choca de frente con el muro de bulos, exageraciones y discursos catastrofistas del Partido Popular y de Vox, que viven instalados en una oposición que hace tiempo que se divorció de los hechos.
Mientras los organismos internacionales ponen a España como ejemplo de buena gestión económica, la derecha insiste en dibujar una España que solo existe en sus tertulias y en sus redes. Pero la realidad es testaruda. Hay más empleo, menos paro, más estabilidad laboral y un modelo económico que funciona. Un modelo que no se sostiene en recortes ni precariedad, sino en reformas que protegen a los trabajadores, fortalecen la industria, dinamizan la inversión y garantizan estabilidad en un contexto global incierto.
La OCDE hace unos días lo dijo con claridad meridiana en su último informe: España será la gran economía avanzada que más crezca en 2025. No es una interpretación; es un hecho. El organismo proyecta un crecimiento del 2,9% para 2025, del 2,2% para 2026 y del 1,8% para 2027, señalando que la demanda interna —consumo e inversión— será el principal motor de nuestra economía gracias al empleo estable, el aumento de los salarios reales y unas condiciones financieras más favorables.
La Comisión Europea refrenda la misma tesis. Bruselas ha elevado su previsión de crecimiento para España al 2,9% en 2025, tres décimas más de lo que decía hace solo unos meses, y situó también las perspectivas de déficit en los niveles más bajos de toda la Eurozona. Una economía que crece por encima de Francia, Alemania e Italia y que al mismo tiempo logra reducir el déficit hasta el 2,5% —y bajando— no es una economía cualquiera: es un modelo de éxito que está desmintiendo todos los mantras neoliberales de la derecha.
El FMI, tradicionalmente prudente con España, también ha tenido que rectificar sus previsiones y elevar el crecimiento previsto hasta ese mismo 2,9%, confirmando la solidez del rumbo económico. España, insisten, ha superado a sus pares europeos gracias a un crecimiento “constante y resiliente”. Tres organismos internacionales distintos, tres análisis independientes y la misma conclusión: España avanza más y mejor que los demás.
Este es el resultado de las políticas impulsadas por el Gobierno de Pedro Sánchez que mejoran la economía, el empleo y refuerza el Estado del Bienestar. Ante semejante aval, cabría esperar que la oposición abandonara su estrategia del “cuanto peor, mejor”. Pero no. La respuesta del PP y Vox ha sido exactamente la misma de siempre: negar la evidencia, agitar el miedo, manipular datos y seguir alimentando un relato de decadencia que se desmorona cada mes. Cada vez que cae el paro, hablan de “empleo estacional”; cuando sube la afiliación, dicen que “son puestos de baja calidad”; cuando la inflación baja, aseguran que “las familias no llegan a fin de mes”. Les da igual la realidad, porque su discurso no se basa en los datos, sino en la necesidad política de que a España le vaya mal para que a ellos les vaya bien.
Pero la realizada es tozuda. A España le va bien con el Gobierno de Pedro Sánchez. Los datos laborales del mes de noviembre son rotundos. La afiliación suma ya 21,8 millones de trabajadores, la cifra más alta de la historia en un mes de noviembre. En el último año se han creado 522.000 empleos, un crecimiento del 2,5% interanual, muy por encima del promedio europeo. El paro registra la cifra más baja en un mes de noviembre desde 2007, con 18.805 personas menos que el mes anterior y 161.000 menos que hace un año.
Esto no se consigue por casualidad ni por inercia económica; se consigue por políticas públicas. Por reformas laborales que sustituyen precariedad por estabilidad. Por subidas del salario mínimo que impulsan el consumo y reducen brechas. Por una apuesta por sectores de alto valor añadido y por un Plan de Recuperación que multiplica inversiones.
Desde la reforma laboral de 2021, España ha logrado un hito histórico: 4,2 millones de empleos indefinidos más y 2,15 millones menos temporales. La tasa de temporalidad ha caído al 12,2%, cuando en 2018 superaba el 30%. Entre los jóvenes, la mejora es aún más extraordinaria: del 53% de temporalidad se ha bajado al 20%. Hablar de “precariedad”, como hace constantemente el PP, es sencillamente faltar a la verdad.
Todo esto tiene un impacto directo en la vida de la gente. La afiliación femenina alcanza ya los 10,3 millones de mujeres, máximos históricos. El empleo crece en sectores productivos como educación, sanidad, información y comunicación, actividades científicas y técnicas, agua, construcción o transporte. Los salarios reales suben, la inversión empresarial aumenta y la economía crece sin depender del ladrillo ni de burbujas especulativas.
Este es el modelo económico que Pedro Sánchez defiende frente al modelo de recortes, privatizaciones y austeridad que propone el PP. Y se nota. Se nota en la calidad del empleo, en la recaudación fiscal, en la reducción del déficit y en la salud de las cuentas públicas. Mientras Feijóo habla de “descontrol” y “ruina”, la Comisión Europea afirma lo contrario: España será la gran economía del euro con mejor déficit durante los próximos años.
Es inevitable preguntarse por qué el PP y Vox no solo ignoran estos datos, sino que los atacan con una agresividad que roza lo irracional. La respuesta está en su estrategia política: necesitan sembrar la idea de que España se hunde para justificar un programa basado en recortes, derogaciones y la reversión de derechos laborales. Lo intentaron con la reforma laboral, lo intentaron con el salario mínimo, lo intentaron con la reforma de pensiones… y fallaron en todas.
Hoy España es más fuerte precisamente por no haber seguido las recetas que la derecha exigía. El éxito económico no es ajeno al éxito social: cuando se cuida el empleo, cuando se protege a los trabajadores, cuando se gobierna para la mayoría, la economía no solo crece, sino que crece mejor. Y este es el mensaje que los organismos internacionales están enviando al resto del mundo.
España avanza. Y lo hace a pesar de quienes llevan años anunciando un desastre que nunca llega. El verdadero problema del PP no es que los datos económicos sean buenos; es que desmontan su relato de oposición y confirman que el país funciona con un Gobierno progresista que ha sabido unir crecimiento con justicia social.
Los próximos meses traerán nuevos retos, pero también nuevas oportunidades. Y España está mejor preparada que nunca para afrontarlos. Porque cuando se apuesta por un modelo económico justo, equilibrado y responsable, el país avanza. Y avanza para todos.