Las universidades en nuestro país son centros de conocimiento y actúan como ascensores sociales y culturales. A pesar de ser referentes estatales e incluso mundiales de innovación y educación, los recortes continuados durante diez años por los gobiernos del Partido Popular las llevó a una situación de precariedad tanto estructural como laboral.

Estas políticas universitarias precarias nos han llevado a situaciones insostenibles e inaceptables. Gracias a los incrementos de inversión históricos de estos últimos años hemos empezado a revertirlas y el proceso se culminará con la ley de universidades que garantiza una inversión estable y sin las fluctuaciones constantes y negativas de cuando gobiernan la derecha.

Una ley necesaria en este momento histórico en el que el mundo universitario ha tenido y tiene un papel clave para la transmisión del conocimiento y para la transformación social.

Como siempre los y las socialistas tenemos como objetivo vital mejorar la vida de las personas, las personas en el centro de la acción política.

Por ello, en la ley de universidades, defendemos como derecho subjetivo las becas universitarias para garantizar el acceso al conocimiento y la formación.

Por ello, el último presupuesto general del estado tubo la mayor inversión histórica en becas con 2200 millones de euros. Además, hemos trabajado por poner el tope a las tasas universitarias.

Porque son modelos diferentes, en frente del modelo del PP con becas para las familias que más tienen, endurecimiento de los criterios para obtener unas becas e incremento de tasas universitarias, está el modelo socialista, donde reconocemos las becas como derecho subjetivo y la bajada de tasas, para garantizar el acceso al conocimiento y la formación independiente de la situación socioeconómica de las familias.

Porque frente a una reducción histórica del presupuesto en universidades del Partido Popular, nosotros marcamos en esta ley una financiación estable y creciente.

Porque frente a al modelo del Partido Popular de gestión del personal universitario con tasas de reposición y precarización de los nuevos contratos laborales, y generando en algunos centros bolsas de los llamados falsos asociados, el Gobierno de progreso propone acabar con la precariedad laboral, garantizando un acceso rápido y digno a la carrera universitaria. Porque no se puede permitir ni queremos que exista en nuestras universidades precariedad laboral.

Y todo ello con el objetivo final de la excelencia universitaria, reduciendo la brecha de género, con autonomía universitaria, con el papel central del estudiantado, con la ciencia abierta, entre otras, para permitir una universidad pública, pionera, innovadora y de calidad. Porque al final las universidades son las mismas, pero las leyes y el presupuesto que se invierte en ellas no. Porque no, aunque la derecha intente hablar de “su manera” de proteger a las universidades, a su personal y al estudiante, no, no es lo mismo. El Partido Popular hizo el mayor hachazo histórico al sistema universitario y nosotros y nosotras hemos venido a dignificarlo y relanzarlo.

Sandra Guaita es diputada del PSOE en el Congreso.