A la pareja política formada por Pablo Casado, presidente del PP, y su portavoz parlamentaria, Dolors Monserrat, les cuesta mucho marcar goles. A pesar de que una y otra vez lo intentan. Mientras, Mariano Rajoy Brey les observa desde la grada, una vez consumada su huida, y José María Aznar no oculta su predilección por el nuevo retoño mientras continúa con sus prédicas catastrofistas

Casado convocó hace poco una reunión a la que estaban invitados otros partidos de la derecha. Pretendía el líder del PP, según dijo, formar un bloque de los partidos constitucionalistas en la oposición. Pero lo cierto es que el éxito del evento fue mínimo. Excusaron su asistencia Coalición Canaria y el PAR; sí que acudieron el portavoz de Unión del Pueblo Navarro y el diputado de Foro por Asturias. La menguada participación de Ciudadanos quedó deslucida porque Albert Rivera brilló por su ausencia. En su lugar, se presentó Ignacio Prendes vicepresidente primero del Congreso. Casado, junto con la mete patas Dolors Monserrat, ejercieron de anfitriones. Fue precisamente Monserrat, con su peculiar gracejo quien definió la reunión como “superpositiva y provechosa,” según narran las crónicas.

Casado: "Hacemos un llamamiento al PSOE para que realmente se sume donde tiene que estar, que es con los constitucionalistas"

¿Y cuál era el objetivo de tan significativo encuentro? Pues Casado intentaba desde ese exiguo frente común llevar al redil al PSOE y a Pedro Sánchez, alejarlos de las malas compañías y resituarlos en la vía constitucional que, en su opinión, han abandonado. Así se deduce de las palabras de la inefable Montserrat, insistiendo en reclamar a los socialistas que vuelva a la defensa de la Constitución. ¿Cómo?, ingresando en ese conato de grupo: "Hacemos un llamamiento al PSOE para que realmente se sume donde tiene que estar, que es con los constitucionalistas".

¿No tendrán nada más que hacer estos políticos del Partido Popular? Con lo que hay para barrer en su casa de Génova donde el polvo de la corrupción los ha llevado a estos lodos. Podrían utilizar su tiempo en algo más productivo. Como buscar la documentación precisa para que los tribunales -y los ciudadanos- conozcamos lo que ha pasado en su partido durante esa etapa funesta, y de cuánto dinero público hablamos si sumamos todas las cantidades desviadas. De ese modo, cumplirían con su labor de colaborar con la Justicia. Más les valdría que, en vez de soñar con coaliciones imposibles se dedicaran a arreglar los desperfectos que sus antecesores han dejado. Por propia iniciativa. Sin necesidad de que salgan viejas grabaciones señalando irregularidades. Con eso ya nos conformaríamos, señor Casado.