Simon Kuper, periodista del prestigioso periódico británico Financial Times, después de un año en España ha publicado un muy documentado artículo en el que llega a la conclusión de que nuestro país es, posiblemente, el más "habitable del mundo". Destaca las magníficas infraestructuras, la sanidad, la seguridad, el saber vivir de muchos españoles. ¿El clima? El clima era hasta ahora uno de nuestros principales atractivos, pero empieza a dejar de serlo, incluso para un inglés ávido de sol.

Kuper se pregunta: "Dentro de 50 años, ¿alguien seguirá viviendo en el centro de España?" Al periodista británico le sorprende que en un país en el que la agricultura y el turismo ocupan un lugar fundamental de su economía, nos preocupe tan poco la lucha contra el cambio climático. "Uno pensaría que el clima sería la principal prioridad de un país cálido y seco, pero realmente los españoles pasan más tiempo discutiendo sobre la unidad nacional".

Lo que tanto sorprende a Kuper, provoca risa a algunos de nuestros políticos. Hace pocos días, Esperanza Aguirre, con ese atrevimiento del que sólo son capaces los ignorantes, decía en el programa "Todo es mentira": "Yo creo que estas predicciones catastrofistas sobre el clima no han hecho más que equivocarse. No se ha cumplido nada, ni una sola de las predicciones que han hecho. Ni para el 2000, ni para el 2002, ni para el 2020. Nada se ha cumplido". A esas palabras le respondía Andreu Escrivà, investigador y divulgador científico con un: "Tiene usted razón, no se ha cumplido ni una sola de esas predicciones, porque todas se han quedado cortas".

Dicen que lo último que se pierde es la esperanza, pero Esperanza lo último que pierde  es el sentido del ridículo, así que no contenta con el sublime zasca de Escrivà, decidió ir a por más. Le preguntó cuánto había subido la temperatura en España y éste le respondió: "En 150 años 1,7 grados, en el mundo la media es de 1,1. Es la subida de temperatura más rápida en la historia del planeta".  Y la señora condesa se dejó ir en una larga carcajada y añadió: "¡Fíjate tú que preocupación, que suba otro grado!"

Los pantanos al borde del colapso, olas de calor que se suceden sin dar un respiro provocando la muerte de miles de personas, los agricultores en el límite de lo que pueden soportar y los más voraces incendios forestales de las últimas décadas provocan la hilaridad no sólo de esta Grande de España, sino de muchos de sus compañeros de la negacionista derecha española; desde Rajoy y su primo a la sublevada Díaz Ayuso, pasando por toda la cohorte de analfabetos funcionales a las órdenes de Santi Abascal.

Kuper sólo se hace eco de lo que los científicos nos vienen avisando desde hace muchas décadas. En un futuro que ya empieza a ser presente, muchas zonas de España van a ser yermas, un desierto sin campos de cultivo y sin sus gentes. La cuenta atrás no se puede detener, pero aún podemos ralentizarla y prepararnos para afrontar sus consecuencias. Estaremos a tiempo siempre que mantengamos a estos peligrosos indoctos alejados del poder. No nos jugamos la unidad de España, sino nuestra existencia.