Hace días, anunciaron en el diario citado que desde “la sociedad civil” 70 personajes se pronunciarían en torno al adelanto de las generales. Fue una artimaña más en favor del pensamiento único tan grato a los reaccionarios. Prácticamente, todos los preguntados eran conservadores y pedían que se fuera ya Zapatero. Me limité describir o recordar en ELPLURAL.COM, quién era quién en tan unilateral convocatoria. Esa tomadura de pelo era de feria: “Siempre toca, si no un pito, una pelota.” Yo a nadie insulté. En cambio, desbaratar la torpe maniobra de Intereconomía, me ha costado otro vendaval más de falacias.

Verdugo de poca monta
Me decían en su artículo denigratorio que parece que yo no he superado que fui alguien y que no soy nadie. Pero en el supuesto de que no sea nadie, ¿por qué Intereconomía, ahora que va pidiendo dinero a sus lectores con el fin de “defender la libertad” , se gasta el parné publicando ocho magníficas fotos mías, muchas gracias, más el coste de lo que se embolse el firmante del libelo, El Trasgo, verdugo de poca monta y que cobra por guillotinar la verdad?

No me oculté un pelo nunca
“No soy un converso a la izquierda”, como afirma el clan de los mentirosos. Soy de izquierdas desde que tuve uso de razón política. Fui antifranquista, como mi padre y mi madre. Y no me oculté un pelo nunca. Me di de alta en el Grup Democràtic de Periodistes, una organización clandestina, aun antes de que empezara a trabajar como periodista, lo que hice en Radio Barcelona, y luego como redactor de La Vanguardia, desde inicios de 1967.

Órgano unitario
Fui un activista de la Assemblea de Catalunya, órgano unitario de lucha contra la dictadura. Fui detenido por la Policía. Fui vetado por el Ministerio de Información de participar en TVE. Defendí la libertad de expresión. No he sido un converso. Pregunten a Ramon Rato o a su hermano Rodrigo, si yo era o no un converso a la izquierda. Fui redactor y más tarde jefe de Informativos de la Cadena Catalana/Radio España de Barcelona, propiedad de la familia Rato.

El más abierto de Madrid
A principios de la década de los setenta, abandoné La Vanguardia y me fui al Diario de Barcelona, que entonces giraba hacia posiciones más liberales y progresistas. Era además corresponsal en Barcelona del diario Madrid, que lo cerró el Gobierno de Franco y hasta dinamitó el edificio. Después me contrató como corresponsal el vespertino Informaciones, el más abierto entonces en Madrid, en plena dictadura. Podría seguir, pero me temo que ni El Trasgo ni sus jefes están dispuestos a difundir la verdad sobre mi currículo profesional e ideológico.

Sin portazo alguno
Nunca he negado, ni me he avergonzado en absoluto de mi vinculación tirando a exigua con el Opus Dei. Me fui sin portazo alguno. Soy muy crítico del Opus en muchos aspectos, pero tengo ahí algunos amigos y una persona muy cercana familiarmente a mí. Propagar que fui del Opus y, por ello, deducir que fui franquista o falangista, como algunos dicen, es una mentira pura y dura. O una canallada.

¿Sumisión a quién?
Cuando desde La Gaceta me definen como “la sumisión rentable” incurren de nuevo en el amarillismo. ¿Sumisión a quién? ¿A Zapatero como sostiene El Tasgo? Mis relaciones con el jefe del Gobierno son incoloras, inodoras e insípidas. Más aún: son inexistentes. Cuando aseguran que ELPLURAL.COM carece de lectores calumnian e intentan dañarnos sin escrúpulos. Estamos auditados por OJD. El informe del mes de mayo ha alcanzado 1.174.515 visitas, siendo la mejor cifra conseguida por este diario desde su fundación, hace poco más de cinco años.

Franquistas
Está claro que en Intereconomía hay franquistas en el puente de mando. Así, en su página contra mí afirman que el “más nefasto gobernante que vieran los siglos en España desde Fernando VII [es] José Luis Rodríguez Zapatero.” Dicho de otro modo, Franco está, según La Gaceta, por encima -en el ranking de gobernantes- de Zapatero. Muy significativo.

Los límites razonables
En fin, que les confieso que no sé si soy alguien o no. Pero no me quita el sueño lo que se inventen en esa Intereconomía, de gatos y aguas… fecales. Proclamar que yo soy, “sencillamente, un sicario” rebasa todos los límites razonables. Sicario quiere decir asesino a sueldo. Te exijo, Julio Ariza, presidente del holding, que retires de inmediato la palabra “sicario”, referida a mí, y pidas disculpas. Jamás pensé que -instalado en tu papel de magnate de pitiminí- llegarías a caer tan bajo.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM