El 8 de Marzo de 2018 ya quedará marcado como un día histórico. Aunque quizás no todos hayan conseguido estar a la altura. A toro pasado, todo es mucho más fácil, pero en los días y semanas previos, la lupa estuvo puesta sobre el Partido Popular y sobre Ciudadanos. Más quizás sobre los segundos, porque de los primeros ya se esperaba, mientras que la formación naranja se presenta como un símbolo renovador y joven, por no hablar de cuando se presentaban como un partido “de centro-izquierda”.

Sin embargo, en los momentos previos a la huelga del 8 de Marzo y a las multitudinarias manifestaciones que recorrieron España, Ciudadanos fue uno de los partidos que más criticó la convocatoria. Sobre todo, desde que Inés Arrimadas, la mujer con más mando en la formación, iniciase el argumentario que ponía la huelga a la altura de un picnic comunista en la Plaza Roja de Moscú.

En El Plural, quisimos saber de antemano qué iba a hacer Ciudadanos este 8 de Marzo, y lo cierto es que tenían preparados varios actos de antemano. Todos muy loables, por supuesto, aunque de un perfil bastante más bajo de lo que entrañar significarse con el movimiento en todo su esplendor. Aunque no es menos cierto que su presencia en la manifestación de Madrid se fue anunciando poco a poco en los días previos y se acabó confirmando que allí estarían Patricia Reyes, su responsable de Igualdad, y Begoña Villacís.

Eso no impidió, o casi alentó, que la delegación naranja fuera abucheada y censurada en la marcha. Se le dijo que eso de que “Ciudadanos y PP, la misma mierda es” y otras tantas lindezas que ampara la libertad de expresión y que justifica la posición de un partido que ha intentado apuntarse al movimiento cuando ya les estaba pasando por encima. Por mucho que en los tiempos de los delitos de pensamiento los miembros de Ciudadanos hayan acusado a quienes les abucheaban de ser “agresivas”. Incluso de insinuar que si se les abuchea es que no están en contra de la Violencia de Género que asesina a más de 100 mujeres al año. Demencial.

Ciudadanos ahora se victimiza y pone la chinchetita de Twitter para fijar en sus cuentas los vídeos de los abucheos. Lo más importante de lo que sacudió ayer España es que a ellos les cantaron las verdades del barquero. Basta darse un paseo por sus redes sociales para comprobar como los pucheros son su seña de identidad este 9 de marzo.

Pero hay que recordar que esos abucheos vienen precedido por otro amago identitario, el del 8 de marzo, en el que Ciudadanos hizo algo peor que victimizarse. Intentar apropiarse de algo que rechazaron durante semanas. La cuenta oficial del partido se puso el lazo morado, lo que ya sería para alucinar cucurbitáceas en vinagre, pero es que encima lo hicieron por la tarde, una hora antes de que empezase la manifestación de Madrid y cuando la tostada ya olía desde primera hora de la mañana.

Y sus líderes no faltaron a la cita del oportunismo. Albert Rivera presumió de lazo morado en la solapa con un moderno selfi al que le siguieron varias respuestas recordándole lo antigua que es su posición política. Por no hablar que lo de subirse al carro de la hegemonía ya lo inventó Constantino en el siglo III.

 

Y lo mismo le pasó a Inés Arrimadas, quizás la dirigente de Ciudadanos a la que más ha perjudicado la posición de su partido, justo cuando mejor le iba. A las 15:00 horas, Arrimadas posaba en Twitter con un lazo morado más grande que su cabeza. Literal.

 

Postureo naranja en estado puro. Hoy no es un día para víctimas, sino para el orgullo. A sus abuelos políticos los sufrimos, a los padres los conocemos. Los hijos, de momento, nos siguen sorprendiendo.