Las pulseras y demás dispositivos de seguimiento de la actividad física suelen recomendarnos que caminemos 10.000 pasos al día. Podría sonar a dato científicos, pero según el doctor I-Min Lee, profesor de epidemiología en Harvard T.H. Chan y experto en recuento de pasos y salud, el objetivo de los 10.000 pasos se hizo popular en Japón en la década de 1960, y fue un fabricante de relojes el que lo popularizó, al producir, con la esperanza de sacar provecho del interés en el fitness tras los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, un podómetro con un nombre que, escrito en caracteres japoneses, se parecía a un hombre caminando.

También se tradujo como "metro de 10.000 pasos", creando un objetivo físico que, a lo largo de las décadas, de alguna manera se ha instalado en nuestra conciencia global y en los rastreadores de actividad física. Sin embargo, estudios posteriores indicaron que las personas que caminaban menos de la mitad de los míticos 10.000 pasos diarios ya tendían a vivir sustancialmente más que aquellas que cubrieron menos terreno.

Según estimaciones recientes, la mayoría de los adultos en Estados Unidos, Canadá y otras naciones occidentales promedian menos de 5.000 pasos al día. Y si alcanzamos el objetivo de los 10.000 pasos, nuestra hazaña tiende a ser efímera. Un estudio que se realizó en 2005 en Gante, Bélgica, proporcionó podómetros a los ciudadanos y los alentó a caminar al menos 10.000 pasos al día durante un año. De los 660 hombres y mujeres que completaron el estudio, alrededor del 8 por ciento alcanzó la meta diaria de 10.000 pasos al final. Pero en un estudio de seguimiento cuatro años después, casi nadie caminaba tanto. La mayoría había vuelto a su marca de base, dando aproximadamente el mismo número de pasos ahora que al comienzo del estudio.

Las pautas formales de actividad física que se suele emitir en terreno científico no suele recomendar contar pasos, sino que sugiere que hagamos ejercicio durante al menos 150 minutos a la semana, o media hora la mayoría de los días, además de cualquier movimiento que necesitemos hacer como parte de nuestra vida diaria normal.