“Lo siento. No volverá a ocurrir”. Esta famosa disculpa está a punto de convertirse en una realidad. El número de elefantes en libertad en África está descendiendo a una velocidad preocupante. A este ritmo, en 15 años habrán desaparecido completamente.

Censo del Gran Elefante

La organización Vulcan Inc hizo público la semana pasada el Censo del Gran Elefante en la sabana africana. Los datos no pueden ser peores. Entre 2007 y 2014 la cifra de paquidermos ha descendido nada menos que en un 30%. Es decir, cada año uno de cada diez de estos enormes animales ha sido abatido en su hábitat natural. Además, esta elevada tasa de mortalidad se ha acelerado año a año.  

144.000 elefantes muertos en siete años

En total, 144.000 elefantes murieron a manos humanas en esos siete años. El censo se elaboró en 18 países y estableció en 352.271 el número de elefantes que viven en estas naciones. Los expertos estiman que se trata del 93% del total. Se estima que cada 15 minutos, un elefante es abatido. El elefante no solo es presa de las empresas que programan cacerías más o menos legales. Este animal es víctima del fuego cruzado de bandas armadas que luchan por el poder en diferentes áreas del continente negro. Grupos que van desde el fundamentalismo islámico, como Boko Haram, al cristiano como el Ejército de Resistencia del Señor, en Uganda. Estas bandas encuentran en el marfil de los colmillos de los elefantes un medio de financiación fácil y efectivo. Se supone que el comercio de marfil está fuertemente regulado. Pero la realidad apunta a que naciones como China cuenta con un nutrido mercado negro del material. Las joyas de marfil suponen un símbolo de estatus en esa cultura.

Convertirlos en una atracción

Los datos del censo se comunicaron en Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación que se celebra en Honolulu. En este foro se puso de manifiesto la necesidad de ser pragmáticos en cuanto a las políticas que garanticen la superviviencia de la especie. Para ello, se plantea poner en marcha acciones que hagan más rentable la vida de los elefantes que su muerte. Proyectos orientados a la explotación turística de las manadas. Ya en 2012, el presidente de Botsuana declaró la firme decisión de “detener la caza comercial de la especie, porque disparar a los animales puramente por deporte ya no es compatible con nuestro compromiso de preservar la fauna local como un tesoro nacional”. No en vano, según el censo, este país es la gran reserva de elefantes, con 130.000 ejemplares, un número que se ha mantenido estable en los último años.