La profesora de comunicación e investigadora de la Universidad de Illinois Emily Van Duyn están decidida a conocer si etiquetar una noticia como Fake News sirve de algo o el lector hace caso omiso a la advertencia. Está en juego la percepción pública de la credibilidad de los periodistas y las organizaciones de noticias. Para su investigación, Van Duyn habló con la editora de investigación de News Bureau, Sharita Forrest en una entrevista que publica la web de la propia universidad.

Lo primero que le preguntó es si había diferencia entre que un político califique una información de Fake News o la etiquete así un medio.  Para Forrest “cuando un político, incluso uno imaginario, usaba la frase "noticias falsas" para describir un artículo de noticias en las redes sociales, las personas veían a la organización de noticias y a sus periodistas como menos creíbles en comparación con la propia organización de noticias que usaba esa frase”.

A su juicio, este hallazgo debería hacer que los medios de comunicación trabajaran más para contrarrestar o responder a las acusaciones sobre su trabajo, ya que ser acusados de publicar una noticia falsa en las redes sociales tiene efectos dañinos sobre su credibilidad percibida.

Los medios deben evitar usar el término Fake News

Según opina la experta entrevistada, en este mismo artículo estamos cometiendo un error al usar el término Fake News, ya que “Dado que descubrimos que la exposición a la frase noticias falsas puede tener efectos desproporcionados en la forma en que las personas creen que una organización de noticias y sus periodistas son creíbles, sugerimos que los medios se abstengan de usar el término.”

La alternativa que sugiere es que los periodistas utilicen los términos "información errónea" o "desinformación", según la intención con la que se difundió la información.

 

Un experimento en Twitter para conocoer el efecto de la frase Fake News

Para saber si la exposición a la frase “Noticias Falsas” afecta el escepticismo y la confianza de las personas en las noticias reales y su capacidad para identificarlas, hicieron un experimento en el que los participantes revisaron un conjunto de tweets. Una mitad aleatoria de los participantes leyó tuits que contenían la frase noticias falsas, lo que los preparó para pensar en noticias falsas durante el resto del estudio.

La otra mitad, nuestro grupo de control, leyó tuits sobre el presupuesto federal que no contenían esa frase. Luego, ambos grupos vieron varios artículos de noticias reales y varios artículos de noticias falsos, y les preguntaron si pensaban que los artículos eran reales o falsos.

Los que recibieron la frase noticias falsas tenían más probabilidades de pensar que los artículos de noticias reales eran falsos, pero no fueron más precisos al identificar los artículos falsos en comparación con el grupo de control. Los participantes preparados con la frase también informaron niveles más bajos de confianza en los medios de comunicación.