Ahora que Bélgica está en las noticias y se acercan fechas para irse de vacaciones, hemos preguntado a nuestro blogger de viajes habitual en la sección Guía de Viajes Leequid, Marcos del Valle, cómo sobrevivir comiendo como un belga. Ya publicamos su Guía de Viaje de Bélgica gratuita aquí, pero como viajar es un placer y aún lo es más disfrutar de la comida a través de los platos más típicos de cada país y ciudad, vamos a hablar de qué lo podemos comer y beber en Bélgica y dónde, que también es muy importante. Entre sus tesoros culinarios se encuentra la cerveza, con múltiples variedades; en Bélgica siempre habrá una que te encantará.

Breve historia de la cerveza

En tiempos de la peste durante la Edad Media, San Arnulfo, Abad y Obispo de Metz, famoso por elaborar cerveza de excelente calidad, recomendaba a sus fieles beber cerveza, puesto que el agua debía hervirse para elaborarla. Así, la cerveza resultaba menos mortal que el agua contaminada.

Esto pudo salvar la vida de miles de personas y la cerveza se convirtió en la bebida habitual.

Durante el siglo XIX los monasterios empezaron a elaborar sus propias cervezas para mejorar sus ingresos y poder reconstruir las abadías  

Qué beber en Bélgica

Empezamos este recorrido por el estandarte de la gastronomía de Bélgica, la cerveza. Desde las marcas conocidas como Jupiler, Maes o Stella Artois, hasta las cervezas más fuertes como Judas o Duvel, pasando por las cervezas elaboradas en abadías que son las seis Trappist.  

Algunas de estas cerezas alcanzan los 7 y 11 grados con lo que no están hechas para beberse muy rápido. Y cada marca tiene su vaso correspondiente, con su propio diseño.

Cada ciudad tiene sus marcas de cerveza, por lo que.es muy normal pedir la carta de cervezas locales. Cervezas Trapenses; como la Chimay, Orval, Westmalle, Rochefort, Archel y la Westvleteren. Cervezas Blancas; como la Hoegaarden o la Brugs Tarwebier. Cervezas Lambic y afrutadas; con cerezas (la Krick) o con frambuesas (la framboise).

 

Qué comer en Bélgica

Entre los muchos platos más típicos para probar durante el viaje están la musaka de berenjena gratinada; Stoemp, una especie de puré de patata como guarnición de casi todo; Moules, mejillones al vapor servidos en cazuela con su salsa especial; Frites; patatas frita, que el Bélgica es el plato nacional por excelencia.

La carne suele ser de muy buena calidad; los clásicos Fillet Mignon o Cordon Bleau.

Los guisos de conejo son bastante típicos, como el carbonade flamande, un estofado de buey cocinado con cerveza. Boulettes, o albóndigas de diferentes tipos de carne y salsas, tan contunentes como los costillares.

En los restaurantes de Bélgica no es habitual dejar propina y hay que tener muy en cuenta que los horarios son bastante estrictos.

No es fácil encontrar un sitio abierto para comer después de las 14:30, ni para cenar después de las 22:00.

Y de postre...

En cualquier ciudad belga encontraremos puestos de delicatessen de chocolate, o artesanales, llamada chocolateries.

Entre las chocolaterías más famosas están Leonidas, Neuhaus, Corné, Galler, las preferidas de los belgas.

Entre lo más típico; el gofre. el postre autóctono que los belgas suelen tomar sin ningún otro elemento más pero se puede acompañar con nata, chocolate o fresas. Su precio medio es, aproximadamente, 3 euros aunque dependerá de los ingredientes. Según las conclusiones de Marcos, en Bélgica se come muy bien y merece la pena conocer todos los detalles leyendo la guía completa en El Mundo se ve Bien. Comer en Bélgica. Foto: (CC) Jeremy Keith – Flickr