Los materiales incrustados en diamantes que se formaron a cientos de kilómetros de profundidad en la Tierra proporcionan claves sobre el origen de la vida e indican que hay volúmenes oceánicos en el interior del planeta.

Lo afirma, tras varias investigaciones, el Observatorio del Carbono Profundo (DCO, en inglés), un programa global de investigación del papel del carbono en la Tierra en el que participan biólogos, físicos, geólogos y químicos, muchos de los cuales se han reunido esta semana en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos para conmemorar una década de investigación de esta disciplina.

En diciembre del año pasado, los investigadores del DCO anunciaron que hay cantidades importantes de formas de vida que contienen 23.000 millones de toneladas de carbono, y viven a más de 4,8 kilómetros bajo la superficie. Así, son transmisoras de un registro del entorno y las reacciones en la Tierra a profundidades y en tiempos específicos. El DCO ha explicado que, por ejemplo, el hidrógeno y el oxígeno atrapados en diamantes de un sedimento ubicado entre 410 y 660 kilómetros de profundidad revela la existencia subterránea de océanos con mayor masa que toda el agua en cada océano sobre la superficie del planeta.