Qué más queda por hacer. Las energías renovables no solo son más limpias y mejores para el medioambiente. No solo nos ayudan a combatir el catastrófico cambio climático. No solo nos permiten alimentar nuestras casas y cada vez más nuestro transporte. Es que además ahora es la más barata.

Nunca ninguna energía había sido tan barata

Es más. Nunca, jamás, ninguna energía de ningún tipo, ni térmica, de carbón, nuclear o la que fuera, ha sido tan barata. Y donde más barata es en Chile. Una serie de medidas acertadas, una apuesta por las renovables decidida y el aprovechamiento de los recursos naturales del país han dado un espectacular resultado. Y no lo dice cualquiera. El prestigioso medio económico Bloomberg resalta estos resultados. La pasada semana, las autoridades chilenas compraron a la compañía española Solarpack 120 megavatios de energía fotovoltaica a la irrisoria cifra de 29,10 dólares el megavatio-hora. Es decir, 2,91 céntimos de dólar el kilovatio hora. Esta coste bate el récord que hasta la fecha tenía Dubai, que recientemente adquirió 800 megavatios al precio de 2.99 céntimos de dólar el kilovatio hora.

Una seria advertencia desde Chile

Carlos Finat, presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA) declaró al citado medio que esta compra “es una seria advertencia de que el negocio de la energía va a decantarse por las renovables. Es necesario que las compañías se adapten rápidamente a este proceso. Si no se quedarán en el camino”, sentenció. Y es que al final estamos hablando de negocio puro y duro. Para hacernos una idea. En la misma subasta en la que se alcanzó esta cifra récord en la energía solar, la producida por medios dependientes del carbón tuvo un coste cercano al doble.

Naturaleza y razón

Así las cosas no es extraño que Chile se haya situado a la cabeza de la explotación de energía solar en el sur de América. En la actualidad puede producir más de 1.000 megavatios y se espera que el año que viene doble esta cantidad. Una parte puede explicarse por las excepcionales condiciones del desierto de Atacama, una de las zonas con más insolación de todo el planeta. Pero también la decidida apuesta de las diferentes administraciones han permitido que muy pronto Chile se convierta en un firme exportador de este tipo de energía.