Han sido unos investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con la Universidad Federal de Bahía (Brasil), los que han levantado la liebre de la polución, en sus trabajos sobre las nuevas metodologías de cómputo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en las ciudades.

Metodologías que incorporan no solo las emisiones asociadas a la producción de los bienes y productos, sino también a su consumo, es decir, que estime también las emisiones asociadas a las cadenas de suministro. En el caso de Madrid, las mediciones indican que las emisiones per cápita serían casi el doble de los datos que se manejan actualmente, extraídos a partir del inventario de emisiones de gases de efecto invernadero tradicional, según el cual, en el periodo 2010-2015, la emisión per cápita de los madrileños estuvo entre 3,5 y 4 toneladas de CO2 por habitante y año.

A la vista de este escenario, en este nuevo trabajo de investigación se han analizado los retos a los que se enfrenta Madrid a la hora de aplicar una metodología de cómputo basada en el consumo. Este análisis se ha llevado a cabo tomando como ejemplo la experiencia de Londres, una de las pocas ciudades que han desarrollado un procedimiento de implementación de este tipo de metodologías.