La fascinación que Pompeya sigue ejerciendo sobre nosotros casi dos mil años después de su desastres es lógica. No solo nos dejó una ciudad prácticamente intacta sepultada en la ceniza. También nos ha proporcionado hermosas historias. Como las de los dos amantes. Hermosas historias que la investigación ha puntualizado un poco.
Un símbolo del amor
Menos mal que esta noticia llega en estos tiempos. Porque durante muchos siglos se creyó que las dos figura petrificadas en pleno abrazo eran una pareja de amantes. Una pareja en el sentido antiguo: es decir, un hombre y una mujer. A partir de esa idea preconcebida clara, se elaboraron toda clase de historias románticas sobre el momento fatal en el que los dos personajes fueron alcanzados por la lava del Vesubio. Así, como el beso de Doisneau, se convierto en en la imagen de la pasión.Sin embargo el cuento cambia un poco. Y como decíamos, mejor que haya sido ahora. Porque resulta que los dos amantes entrelazados por toda la eternidad eran dos hombres. Así lo revela una investigación realizada por los expertos de la Casa del Criptopórtico, el lugar en el que fueron hallados.
Análisis de ADN y TAC
Esta conclusión es el resultado de años de análisis de estas figuras y de todos los demás ciudadanos de la ciudad romana que pereció aquel caluroso día de agosto del año 79 después de Cristo. El análisis de ADN y la tomografía computerizada (TAC) permiten concluir que se trata realmente de dos hombres.Cabe preguntarse qué habría sucedido hace tan solo unas décadas si esta noticia hubiera salido a la luz. Con seguridad, la historia de los amantes jamás se habría elaborado. Seguramente se habría dicho que se trataban de familiares, un padre que el último momento trata de proteger a su hijo. Pero hay otro pequeño problema. El análisis permite también determinar que las dos personas fosilizadas no son familiares.
Los Amantes de Pompeya, ¿eran amantes?
Rápidamente, Massimo Osanna, el investigador de Pompeya que ha hecho pública esta noticia se ha apresurado a decir que nada permite concluir que ambos hombres fueran amantes. Claro. Hemos avanzado mucho en la aceptación de los homosexuales. Pero de ahí a deducir que fueran amantes hay un largo trecho. Otra cosa es si hubieran sido hombre y mujer, como durante milenios se creyó.Ahora solo queda por ver algo curioso y que realmente pondrá a prueba nuestro grado de tolerancia. ¿Se rebautizarán estas dos figuras unidas en un último y eterno abrazo?