Parece ser que hay quien piensa que tener perros o gatos en casa es una vulgaridad. Que estos animales, que a fuerza de convivir con el hombre pertenecen ya al ámbito doméstico, están muy vistos. Y buscan nuevas especies para tener como mascotas. Aunque sean animales que no pueden acostumbrarse a vivir con nosotros. El último caso es el de los loris perezosos pigmeo.

Loris en casa

Antes fueron los hurones, los cerdos vietnamitas, los reptiles de todo tipo. Animales salvajes que nos empeñamos en extraer de sus hábitats, llevarlos hasta nuestros países y encerrarlos en nuestras casas. Un lugar que para un animal que siempre ha vivido en la naturaleza, resulta extraño y hostil.Desde hace unos años, el loris perezoso se ha unido a esta moda. Su aspecto dulce, su cara ingenua, sus grandes ojos, sus movimientos lentos y su aspecto antropomorfo parecen jugar en su contra. No es difícil encontrar anuncios de compra-venta de estos animales con tan solo echar un vistazo en Internet.

Torturas y tráfico ilegal

Pero como todos los animales salvajes que viven en cautividad en nuestras casas, sufren. Y lo hacen desde el momento en el que son capturados. Para evitar que hieran a los captores y después a los clientes, se les arrancan y recortan los dientes.Por supuesto, después, cuando son sacados ilegalmente de sus países de origen en el sudeste asiático. Dado su pequeño tamaño son más o menos fáciles de pasar de contrabando. Pero en el viaje muchos de ellos mueren, al ser encerrados en cajas de zapatos, dobles fondos de maletas e incluso en el forro de los abrigos.

Caricias que matan

Una vez en nuestras casas, la cosa no mejora para estos pequeños animales. En muchos vídeos de YouTube se puede ver cómo los poseedores de loris se divierten acariciando a los animales cuando estos levantan los brazos, como si estuvieran demandando atención: En realidad es un gesto de protección instintivo. Cuando están tan aterrorizados que levantan los brazos para hacer fluir un veneno que segregan unas glándulas localizadas en la articulación de sus bracitos. En su entorno natural, chupan este veneno y lo mezclan con su saliva para tener una mordida venenosa. Pero sin dientes…Los grandes ojos de los loris se deben a sus hábitos nocturnos. Por eso, la variación de ciclo de sueño que les imponen sus dueños es letal para ellos. Por no hablar de la enorme sensibilidad que tiene a la luz.Desde hace unos años, la asociación Tickling is Torture (Las cosquillas son tortura) lucha por denunciar la situación de esta especie. El tráfico ilegal ha llevado a los loris a estar en serio peligro en sus hábitats naturales. Y buscan mediante vídeos y apoyo de famosos concienciarnos sobre los absurdo y nocivo de tener en casa especies salvajes como si fueran perros o gatos. [embedyt] http://www.youtube.com/watch?v=aUUlEpLiG1Y[/embedyt]