La preocupación por nuestro consumo excesivo de azúcar, no sólo en los limentos abiertamente dulces sino también en aquellos salados y refrescos que lo tienen agazapado su sus recetas, sigue dando frutos. Y es que en España, el sobrepeso afecta al 54 % de los adultos españoles y al 40 % de la población infantil, y padecen obesidad el 17 % de los adultos y el 18 % de los menores de edad. Ahora cuatrocientos fabricantes de alimentos de nuestro país, junto con  supermercados, cadenas de restaurantes, empresas de “catering” y del sector del “vending” españoles, han firmado un plan impulsado por el Ministerio de Sanidad para reducir en un 10 % el contenido de azúcar, grasas y sal en cerca de 4.000 alimentos, poniéndose como meta el 2020.

Es el Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los alimentos y bebidas, que viene gestándose desde febrero de 2018, pero que ha necesitado la ratificación de los 20 convenios suscritos con las asociaciones patronales tras recibir el visto bueno de la Abogacía del Estado y Hacienda. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha calificado como un “hito” esta iniciativa, a la que se han sumado finalmente 398 empresas.

El proyecto afecta a trece grupos de alimentos y bebidas (aperitivos, refrescos, bollería, cereales de desayuno infantil, cremas, derivados cárnicos, galletas, helados, néctares, pan envasado, platos preparados, productos lácteos y salsas) y establece compromisos con la reformulación de sus recetas, para la reducción de sal, azúcar y grasas.