Man Ray fue el artista que llevó el Surrealismo a la fotografía. El que se atrevió a jugar no sólo con lo que enfocaba el objetivo de la cámara sino también con los materiales y los pasos del proceso: componía unas imágenes a base de extractos de otras, buscaba plasmar ideas en vez figuras, y jugaba con el papel fotoensible, la luz al revelar, el negativo. Así nos llevaba al mundo de lo irreal, de la fantasía, de lo soñado, del recuerdo. En un momento en el que parecía que la fotografía sólo podía documentar la realidad, Man Ray demostró que también en este arte todo podía ser de cualquier manera, incluso antes de los tiempos del Photoshop. Sólo dependía del objetivo con el que se apuntaba.
Desde el 31 de enero y hasta el 21 de abril, se podrá visitar en la Fundación Canal de Madrid la exposición “Man Ray. Objetos de ensueño”, con las excéntricas y oníricas obras de este artista inventor de la rayografía o adepto a la técnica de la solarización. Componen la muestra un centenar de fotos procedentes de diversas colecciones privadas, españolas y europeas, que sirven para hacer un recorrido por toda la carrera del artista parisino, y se han organizado en seis secciones que muestran sus “objetos imposibles”, sus maniquíes o las “máquinas poéticas” producto de su estrecha relación con Duchamp.