Según publica arboleuropeo.es, “las encinas fueron consideradas como árbol sagrado. Los celtas creían que de ella llegaban a los hombres los dones y bondades de los dioses y por eso le rindieron culto”, y en Aragón “se continuó con esta costumbre para celebrar todo tipo de acuerdos: tratos, bodas, asuntos de tierras o lindes. Por ejemplo, “en 1873 se proclamó en el Somontano la 1ª República en la que en ese momento era la más famosa carrasca de Aragón, ‘La Carrasca de las Coronas”. Además, este árbol legendario está incluido en el escudo de Aragón.

Bajo el lema Aragón, a los que nos faltan, el 27 de junio de 2020 se plantaron 731 carracas, “una para cada municipio aragonés, en un acto unitario en homenaje a las víctimas de la pandemia de la COVID-19. Se ha elegido a la carrasca para rendir este tributo a las víctimas, pero también como símbolo del agradecimiento a los trabajadores sanitarios y de residencias de mayores, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, a los servicios esenciales y a todos los que han garantizado la cadena alimentaria”.

Símbolo de la identidad de Aragón, la carrasca es un árbol resistente (símbolo de lucha), siempre está verde (símbolo de vida), florece en abril (mes de Aragón) y es fuerte (se adapta a la sequía en verano y al frío en invierno). “De esta forma se vincula pasado, presente y futuro de la Comunidad”.