Quizá no estemos a tiempo, pero tenemos que intentarlo. Preservar la biodiversidad actual, cada vez más amenaza. Ahora España ha dado un paso en ese sentido, creando un corredor seguro para cetáceos en el Mediterráneo. 


Entre Alicante y Girona

El área comprende el espacio marítimo que discurre en paralelo a la costa levantina española, entre las ciudades de Alicante y Girona. En total son más de 46.000 kilómetros cuadrados de aguas en las que ballenas, defines y demás especies estarán especialmente protegidas. 

Se trata de un área clave para estos animales en sus travesías migratorias anuales cuando llegan al Mediterráneo Oriental. También se beneficiarán de esta protección otras especies como los atunes y tortugas.

La protección del área no hace referencia, evidentemente, a su captura. Lo que se pretende es crear un espacio en el que los cetáceos sufran las menores interferencias humanas posibles. Limitar el tránsito marítimo, los ruidos y erosión del lecho marino producida por barcos y pesqueros. 

El 13% de las aguas, protegidas
Esta protección implica la prohibición de realizar estudios submarinos que perturben la zona. No se podrán utilizar sistemas de activos de investigación geológica como sondas, aire comprimido o explosiones controladas. Tampoco podrán realizarse perforaciones subterráneas o cualquier actividad relacionada con la extracción de hidrocarburos. 

Esta nueva área supone que España ha alcanzado el 13% de aguas protegidas. Supera de esta forma el objetivo del Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica que establece que para el año 2020, el 10% de las zonas costeras y marítimas han de contar con algún tipo de protección para las especies marinas.