A veces no hay nada más peligroso que el aburrimiento. Más aún si los que se aburren con los científicos. Entonces se ponen a buscar cosas extrañas con todos sus equipos. Como por ejemplo, tratar de encontrar restos de ADN del monstruo del Lago Ness.

Ácido nucleico
Es lo que están a punto de acometer un grupo de investigadores de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda. Este equipo va a cruzarse medio mundo para tratar de despejar definitivamente la incógnita del supuesto dinosaurio que todavía viviría en las aguas del lago escocés.

El proceso no parece que vaya a ser sencillo ni rápido. A partir del mes de junio comenzarán a tomar muestras del agua del lago. Después extraerán todo el ADN que encuentren flotando en el líquido. Y a partir de ese ADN, detectar los restos de ácido nucleico.

No encontrarán nada
Una vez separado ese material genético se cotejará con otras muestras obtenidas en lagunas cercanas. Se trata de encontrar las diferencias entre unas muestras y otras. Si la muestra del lago Ness da resultados distintos, los investigadores estudiarán ese resto para determinar si pertenece a un reptil antediluviano.

Lo curioso es que los propios científicos neozelandeses están convencidos de que no van a encontrar nada. O al menos, que los restos de ácido nucleico es altamente improbable que pertenezcan a una especie desaparecida hace millones de años.

Lo que realmente pretenden es, según sus propias palabras, determinar si el monstruo del lago Ness es una certeza o, más seguramente, una leyenda. Y de paso, obtener importantes datos sobre la fauna y flora de los lagos del norte de Escocia. Aunque siempre está bien agarrarse a una información sensacionalista para llamar la atención sobre el oscuro y aburrido trabajo de los científicos.