El precio de la electricidad en el mercado mayorista registra para este miércoles un nuevo máximo anual, pasando a ser de 75,93 euros. Será, así, un 1,5 % más cara que la de ayer martes, superando además el pico máximo anterior, el correspondiente al 12 de septiembre, cuando llegó a los 75,39 euros el megavatio/hora (MWh).

Es el tercer máximo anual que marca el precio de la electricidad en este mes de septiembre, después de los registrados los pasados días 5 y 12. Además, tan solo en agosto (entre el 1 y el 30), el precio de la luz subió un 24% más que en el mismo mes de 2017, pasando de 51,6 a 64,2 euros por megavatio hora.

El precio de la luz no escalaba tan alto desde el pasado 6 de diciembre de 2017, cuando se situó en 75,70 euros, según datos del operador del mercado ibérico, Omie. Si sigue esta tendencia al alza, 2018 podría convertirse en el segundo año, solo por detrás de 2008 (64,4 euros), con el precio medio del mercado eléctrico más caro desde 1998.

El encarecimiento del recibo responde a la subida de los precios eléctricos mayoristas. Una aportación inferior de la generación eólica e hidráulica durante el verano, que obliga a recurrir más a las centrales de gas y carbón, podría estar detrás de estos precios al alza. Porque se ha producido un encarecimiento del precio de los derechos de emisión del dióxido de carbono (CO2) y del gas natural y el carbón en los mercados internacionales. Además, las altas temperaturas en Francia y la indisponibilidad de la capacidad nuclear en este país podrían ser también factores implicados en la subida.

El incremento de los precios en el mercado mayorista, en el que se fija el valor del megavatio hora para cada hora del día siguiente, repercute en el recibo de la luz que pagan los consumidores acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) o tarifa regulada, en la que el coste de la electricidad en el mercado mayorista supone el 35 % de la factura, mientras que el resto corresponde a peajes fijados por el Gobierno e impuestos. No obstante, muchas voces, como la de la organización Facua o el partido Podemos, reclaman al gobierno que ponga topes también al oligopolio de las eléctricas.

En España hay once millones de clientes que tienen esta tarifa, que es para una potencia contratada menor o igual a 10 kilovatios (KW) y a la que deben estar acogidos los beneficiarios del bono social eléctrico (el descuento sobre la factura de la luz para colectivos definidos como vulnerables).

El resto, más de 16 millones (cerca del 60 % del total de los consumidores eléctricos), tienen contratos en el mercado libre, mediante los que se garantizan el precio de la electricidad durante al menos un año, tiempo en el que están libres de las variaciones -tanto al alza como a la baja- del precio de la luz en el mercado mayorista.