En parte, el aumento de los incendios podría relacionarse con que 2018 fue un año “meteorológicamente excepcional”, muy húmedo en toda España, con un 25 por ciento más de lluvia respecto al valor promedio, según ha explicado a Efeverde el decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas Briales.

Este año, ha añadido Rojas, “la situación podría ser peligrosa” si persistieran las olas de calor y la ausencia de precipitación. Aunque también es posible que puedan darse episodios de “inestabilidad atmosférica” que provocaran tormentas que redujeran el riesgo de incendios forestales. Eso sí, tanto el mal estado de los montes por causas como el abandono y la acumulación de combustible, como “las ventanas meteorológicas” de mayor riesgo que aumentan con el cambio climático son dos de las principales circunstancias que determinan la extensión de los incendios, según el experto.

En lo que va de 2019, los Grandes Incendios Forestales (GIF), que superan las 500 hectáreas, han sido ya nueve, frente a solo uno el año pasado y seis de media en la última década. Se han generado 7.483 siniestros, de los que 4.741 fueron conatos (menos de 1 hectárea afectada) y 2.742 incendios de más de una hectárea, que han afectado al 0,2 por ciento de la superficie total del territorio español.

En el marco del Mediterráneo, España es el segundo país -solo por detrás de Portugal- con más incendios forestales cada año, con 12.000 siniestros y cerca de 100.000 hectáreas de media calcinadas, según el informe “Arde el Mediterráneo”, presentado recientemente por la organización ecologista WWF.