Si algo nos enseña la economía moderna es que de cualquier cosa se puede sacar beneficio. Incluso del cambio climático. Ahora se debate cuáles pueden ser los resultados de este catastrófico acontecimiento. Pero no en cuanto a sus repercusiones medioambientales o sociales. No. Hablamos de cuánto dinero se puede ganar

1.000 millones al año

Al menos así lo apuntan distintos estudios. Tratan de ver cuáles son las posibilidades económicas de que durante parte del año, el Océano Ártico esté descongelado. 

En primer término son las compañías petroleras, mineras y navieras las que se frotan las manos. Las que estiman que se encuentran ante un negocio de alrededor de 1.000 millones de dólares anuales. 

Pero hay otros sectores afectados. La extracción de gas, la pesca incluso el turismo. En los últimos años, por ejemplo, las visitas a Islandia al crecido un 400 por cierto. Por otro lado, las navieras y compañías de transporte consideran que el deshielo ártico recortaría los tiempos de cada trayecto en más de un tercio. Con estos datos es lógico que haya quién ya esté calculando cuántos beneficios pueden obtener. 

Explotación sostenible

Algunas organizaciones ecologistas, en un ejercicio de pragmatismo sin precedentes, están tratando de elaborar informes en los que conjuguen la explotación económica de un Ártico más accesible con la sostenibilidad. La idea es que ese factor esté por delante de la explotación pura y dura.

Lo que se pretende es llamar la atención a inversores, empresarios, gobiernos y comunidades afectadas para que el enfoque de los futuros negocios árticos tenga en consideración otros factores que los de la mera rentabilidad. Lo que no está muy claro es hasta qué punto se trata de un racionamiento con base real o, una vez más, un deseo de aquellos que conciben el mundo de otra forma.