Ahora sí que han saltado todas las alarmas. Puede ser que nos hayamos pasado de la raya. Que ya no haya vuelta a tras. Que la Tierra haya entrado en un círculo vicioso climático que desemboque en lo que los científicos llamas: Tierra Invernadero.

De bucle en bucle

Todo es debido a un fenómeno bien conocido, del que ya hemos hablado: los bucles de retroalimentación positiva. Es decir, un fenómeno que al desencadenarse provoca que ese mismo fenómeno se amplifique. Por ejemplo: la descongelación del permafrost de la tundra está liberando gran cantidad de metano, un gas que contribuye al efecto invernadero. Esto hace que las temperaturas suban lo cual deshace más permafrost y así. 

Un artículo que acaba de ser publicado ha revuelto a los científicos e interesados por el asunto, como quien pisa un hormiguero. El texto asegura que hay errores en los cálculos anteriores. Y eran cálculos esenciales.

Bienvenidos al Antropoceno

Según los expertos, el clima se mantendría más o menos estable si conseguíamos que la temperatura no aumentase más de 1,5 grados. 2 grados a lo sumo: En estos cálculos se establecieron los Acuerdo de París. 

Sin embargo, los autores del artículo señalan un pequeño problema en esos cálculos. Existen muchos sistemas que pueden padecer esa retroalimentación positiva. Y todos ellos interactúan entre sí. Es decir, que la subida de las temperaturas provocada por el deshielo del permafrost acelera el propio bucle ártico, por el que cuanto menos hielo haya, menos calor se disipa reflejado en él. 

Esto significa que los umbrales que desencadenan estos bucles pueden ser mucho menores. E incluso que los hayamos sobrepasado ya. Y ahí sí que estamos en problemas. 

Porque ya no podríamos hacer nada para cambiar el clima. La Tierra entraría en una era mucho más cálida, de la que tardaría al menos miles de años en salir. Sería la prueba de que hemos dejado atrás la era climatológicamente estable y plácida del Holoceno para entrar en el Antropoceno. Sí, efectivamente, la era del Hombre.