"La noción misma de la dominación de la naturaleza por el hombre se deriva del dominio muy real de lo humano por lo humano". Con esta frase, Murray Bookchin, una voz activa en los movimientos ecológico y anarquista durante más de cuarenta años, presenta su obra más ambiciosa: Ecología de la libertad, que edita Capitán Swing.

Bookchin combina ecología, antropología y política para trazar un mundo sin las influencias de la jerarquía y el capitalismo globalizado. Esboza una sociedad potencial que tiene en su núcleo los principios del usufructo, la complementariedad y el mínimo irreductible. El usufructo es la idea de que si hay una pala en una comunidad, debe estar disponible para todos, siempre que no la rompan. La complementariedad significa que todos debemos trabajar juntos por el bien de la comunidad. El mínimo irreductible es el principio básico de que cualquier ser humano debería poder comer, tener refugio y vivir cómodamente solo porque es humano. Este libro me influyó para pensar fuera de los paradigmas actuales y volver a imaginar cómo construimos nuestra sociedad. Algo más amable, más justo y más fácil de vivir sin duda me atrae.

El autor sintentiza ecología, antropología y teoría política, y revela la contradicción entre imposición y libertad en la cultura humana, tanto entre seres humanos como hacia la naturaleza, y señala constantemente el camino hacia un futuro ecológico y sostenible, donde no todo es un recurso explotable. Teniendo en cuenta que en la naturaleza prevalecen la cooperación, la simbiosis y el comportamiento emergente —procesos que denomina redes de alimentación y círculos de interdependencia—, propone como alternativa al capitalismo contemporáneo el desarrollo sostenible, la tecnología apropiada y especialmente la ecología social.

La narrativa histórica de Bookchin es sencilla: la devastación ambiental, económica y política nace en el momento en que las sociedades humanas comienzan a organizarse jerárquicamente. Y la lección por aprender es igualmente básica: la pesadilla continuará hasta que se disuelva la jerarquía y los seres humanos desarrollen estructuras sociales más sostenibles e igualitarias.