Este fin de semana se esperan nubes y lluvia en toda la Península, excepto en en Canarias y en el litoral mediterráneo. Bienvenida el agua, pero ocultará las leónidas, la segunda lluvia de estrellas más importante del otoño, cuyo máximo de actividad se prevé para la noche del sábado al domingo. La culpa, con todo, no será solo de la lluvia, también el brillo de la luna llena dificultará el visionado. Y por supuesto, siempre influye la contaminación lumínica.

¿Y qué es una lluvia de estrellas? Se produce cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo el efecto luminoso de los meteoros. Unos fenómenos que se pueden prever con antelación, ya que todos los años la Tierra, en su camino alrededor del Sol, atraviesa la trayectoria de varios cometas, en este caso el Tempel Tuttle.

Las leónidas son estrellas fugaces cortas, rápidas y rojizas y suelen dejar una estela, explica el Centro Astronómico Tiedra en Valladolid. Se podrán ver unas 18 fugaces a la hora. Se pueden observar desde el pasado 6 noviembre, y estarán más o menos visibles hasta finales de mes, aunque el máximo se espera para este 17 de noviembre.