Los sueños suelen tener lugar durante la fase de sueño REM, que puede repetirse varias veces en una noche. Es una etapa del sueño que se caracteriza por un movimiento ocular rápido, un mayor movimiento corporal y una respiración más rápida.

Mike Kisch, cofundador y director ejecutivo de Beddr, una empresa emergente de tecnología del sueño, ha explicado en la revista científica Healthline que los sueños tienden a ocurrir durante este tiempo porque la actividad de las ondas cerebrales se parece más a la que tenemos cuando estamos despiertos. Esta etapa generalmente comienza aproximadamente 90 minutos después de que uno se duerme, y puede durar hasta una hora antes del final del sueño. Y el caso es que, tanto si lo recordamos al despertar como si no, todas las personas soñamos. Es una función esencial no solo para el cerebro humano, también para el de otras especies, según afirma, también en Healthline, Alex Dimitriu, fundador de Menlo Park Psychiatry & Sleep Medicine.

Pero sobre por qué no todos recordamos lo que soñamos hay varias teorías, ya que el campo de investigación de los sueños es muy amplio y complejo, y la materia que se analiza es difícil de estudiar en un laboratorio. Para empezar, si bien algunas hipótesis sugieren que los sueños son una ventana al subconsciente, otras teorías afirman que los sueños son un resultado sin sentido de la actividad que tiene lugar mientras dormimos y restauramos nuestro cerebro. Porque nuestra necesidad de soñar indica que el cerebro participa en un proceso de restauración, y la incapacidad para recordar los sueños puede deberse simplemente a la clasificación de información esencial y no esencial durante el sueño.

Por tanto, esta teoría sugiere que los sueños ocurren cuando nuestro cerebro procesa información, elimina las cosas innecesarias y transfiere importantes recuerdos a corto plazo a nuestra memoria a largo plazo. Las personas que recuerdan los sueños pueden tener menos capacidad para memorizar cosas en general.

Más allá de eso, otras teorías sugieren que el cerebro de una persona puede bloquear o enmascarar un sueño, y no recordarlo al día siguiente, porque la actividad soñada es tan realista que podríamos confundirla con la realidad, y eso sería un hándicap para distinguir la realidad de lo soñado.

Por otro lado, hay una región en el cerebro, llamada unión temporoparietal, que procesa información y emociones, y puede poner nuestra mente en un estado de vigilia durante el sueño que, a la vez, permite que el cerebro codifique y recuerde mejor los sueños. Un estudio publicado en la revista Neuropsychopharmacology sugirió que aquellas personas que reportaron un alto nivel de recuerdo de los sueños tenían más actividad en la unión temporoparietal que aquellas que no recordaban sus sueños con frecuencia.

Otro factor implicado en recordar los sueños sería la calidad del sueño: si alguien no duerme suficientes horas, disminuirá su fase REM y eso hará que sea más difícil para esa persona recordar sus sueños al día siguiente. También el estrés y hasta los traumas pueden hacer que las personas con sueños o pesadillas vívidos los recuerden al día siguiente. Por ejemplo, si se está lidiando con el dolor después de perder a un ser querido se pude soñar con su muerte con todo lujo de detalles, y recordar el sueño al día siguiente puede afectar el estado de ánimo.

Incluso los rasgos de personalidad pueden ser un indicador de si alguien podrá recordar sus sueños: hay investigadores que sostienen que las personas propensas a soñar despiertas, al pensamiento creativo y a la introspección, tienen más facilidad para retener lo que sueñan.