El yacimiento español de Atapuerca sigue cambiando la historia. Al menos, los registros, nuestra manera de interpretarla, fecharla y describirla. El último análisis de los restos encontrados abren una nueva puerta. Al parecer, los linajes de neandertal y de sapiens se separaron mucho antes de lo que se presumía.

Hasta el momento, se pensaba que el momento clave se produjo en algún instante de hace 400.000 años. Aunque los últimos trabajos científicos iban retrasando la fecha hasta hace unos 750.000 años. Ahora, un nuevo informe elaborado a partir de dentaduras encontradas en la Sima de los Huesos afirma que ese último ancestro común pudo haber vivido hace un millón de años.

Es sin duda un importante salto cuantitativo. Las nuevas dataciones han sido posibles por la buena conservación de los dientes encontrados. Estas dentaduras muestran los cambios en la forma y en el tamaño de las coronas dentales con las trazas evolutivas que distinguen a los neandertales.

 

Evolución demasiado rápida

Los científicos han calculado, a partir de la datación de los dientes en unos 430.000 años, el proceso evolutivo y el tiempo necesario para llegar a ese efecto. Y han concluido que sería imposible llegar a ese punto sin haber transcurrido al menos 800.000 años, aunque más probablemente la fecha se podría retrasar a 1,2 millones de años.

Los propios autores del artículo destacan la importancia de este nuevo análisis para tratar de zanjar el debate científico sobre el momento en el que las poblaciones de neandertal y sapiens se separaron genéticamente. Y estaba claro que el yacimiento de neandertales más importante del mundo, como es Atapuerca, podía tener enterrado ese secreto.