Caminar enérgicamente tiene los mismos beneficios que correr. Lo demuestra un reciente estudio del Laboratorio Nacional de Ciencias de Berkeley. Así que si correr no es lo tuyo o has tenido una lesión, no valen la excusas ni hay por qué resignarse.

Cada paso es viaje hacia la buena salud

Caminar con vigor ayuda a reducir el riesgo de presión arterial alta, colesterol alto y diabetes tanto como correr, según un nuevo estudio realizado en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, División de Ciencias de la Vida en Berkley, California. Las tres condiciones son factores de riesgo para enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, y podemos contribuir a reducirlo.
Los investigadores analizaron 33.060 corredores en el National Runners 'Health Study y 15.045 caminantes en el National Walkers' Health Study.
Así, descubrieron que la misma energía utilizada para caminar con intensidad moderada y correr de intensidad impetuosa produjo reducciones similares en el riesgo de presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y posiblemente enfermedad coronaria durante los seis años del estudio. A Russell Pate, profesor de ciencias del ejercicio en la Escuela de Salud Pública Arnold (Universidad de Carolina del Sur en Colombia), estos resultados no le sorprenden en absoluto. Considera que son consistentes y concuerdan con las recomendaciones de la American Heart Association para la actividad física en adultos; necesitamos 30 minutos de actividad física al día, al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, o bien 75 minutos de actividad vigorosa a la semana para obtener beneficios.

No es todo o nada; es paso a paso

Russell Pete, quien también es voluntario de la Asociación Estadounidense del Corazón, hace una serie de recomendaciones para conseguirlo:
  1. No importa si has sido sedentario o has estado inactivo durante un tiempo. Solo hay que empezar, aunque solo sean unos minutos adicionales al día.
  2. Establece un objetivo; el tuyo. Uno que sea alcanzable solo para hoy. Después puedes ir aumentándolo hacia el objetivo general de 30 minutos al día e incluso superarlo a medida que te encuentres en mejor forma.
  3. Encuentra un enfoque que te resulte agradable. Puede ser por disfrutar el paisaje, quedar con alguien para caminar o simplemente porque aprecias los momentos de soledad.
  4. Divide tus caminatas en dos de 10-15 minutos cada una si dispones de poco tiempo para hacer una más larga.

Aprovecha los momentos del día

Caminamos en muchos momentos del día casi sin darnos cuenta. Solo con aumentar unos minutos más estamos sumando tiempo de ejercicio:
  • Sacar al perro a dar un paseo.
  • Pasear con tu familia en el parque.
  • Aparcar un poquito más lejos de tu destino.
  • Bajar del autobús una parada antes.
  • Subir por las escaleras en lugar de usar el ascensor.
Solo necesitas un par de zapatillas de deporte y andar. Es fácil, es seguro, es menos costoso, puedes hacerlo en cualquier parte y tiene menor tasa de abandono que cualquier otro tipo de ejercicio.
Antes de que te des cuenta, caminar con energía puede convertirse en parte de tu rutina diaria y obtendrás muchos beneficios.
Fuente: American Heart Association