Cada 25 de noviembre se conmemora el el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. Alma, el portal social social de la Fundación "la Caixa" pone el acento esta semana en uno de los problemas menos visible de las mujeres víctimas de los malos tratos: sus dificultades para acceder al mercado laboral. Éste es el reportaje que han elaborado sobre la historia de Elena, Chelo y Valeria, tres mujeres valientes que consiguieron salir de una situación de este tipo y que ahora siguen luchando para encontrar un trabajo.

Una vez liberadas del maltrato en el seno familiar, las mujeres víctimas de la violencia de género tienen que lidiar con otro problema, subterráneo, menos visible, pero igualmente significativo: la dificultad para acceder al mercado laboral. El programa Enredaderas por el Empleo que desarrolla Prodiversa en Málaga, entidad beneficiaria de la convocatoria Más Empleo de ”la Caixa” cofinanciada por el Fondo Social Europeo y la Obra Social ”la Caixa”, pretende tender puentes que conduzcan directamente a estas mujeres a un puesto de trabajo que sirva para dignificar sus vidas. Esta es la historia de Elena, Chelo y Valeria.

Elena nació en Rusia hace cerca de 60 años y su dicción se enreda entre sílabas cambiadas que podrían ser una metáfora perfecta de su vida. Todo pareció haberle salido del revés: un marido que la maltrató sistemáticamente durante más de dos décadas, tres hijos que no reciben más pensión compensatoria que lo que ella ha ganado a fuerza de aceptar contratos basura y sobresfuerzos físicos que han lastrado su salud y, lo más sorprendente, una formación académica con la que soñaría cualquier joven español de hoy, pero que jamás le han convalidado en España.

Sin embargo, Elena es de las que no se rinden. Llegó a la asociación Prodiversa de Málaga —donde vive desde hace 20 años— con su aspecto menudo y su voluntad de hierro, dispuesta a encontrar una nueva oportunidad, a pesar de su edad y de los desencantos: “Mis hijos aún están en edad de estudiar, y yo querría que siguieran haciéndolo, tengo que darles ejemplo”. Así que aprovechó la falta de trabajo para matricularse en la Universidad de Málaga y conseguir el grado superior en Administración de Empresas.

Ahora, con su salud diezmada, estudia también inglés en el Instituto Oficial de Idiomas gracias a un programa gratuito de ayudas, consciente de que no puede volver a desarrollar trabajos físicos: “He sido camarera, he limpiado oficinas, casas, bares… Pero ya no puedo”, se lamenta. Para ella “todo es más difícil”, reconoce Fátima Gálvez, una de las responsables del programa Enredaderas por el Empleo. “Tener un perfil tan alto a veces incluso es un hándicap. Fíjate, nosotros las contrataríamos sin dudar, son mujeres luchadoras, todoterrenos, pero aún cuesta. Es curioso y paradójico, pero estas mujeres, después de todo lo que han pasado, de su lucha continua y diaria durante años, tienen que lidiar también con un estigma social”.

El programa Enredaderas por el Empleo trabaja, además de la atención personalizada con cada una de las usuarias, la relación con empresas y empresarios del entorno que allanen el camino a estas mujeres para dar el salto a una inserción laboral plena. “Las empresas son fundamentales en la creación de oportunidades para las personas, por lo que proponemos tejer una red colaborativa de empresas solidarias y comprometidas que, además, se pueden beneficiar de incentivos fiscales y administrativos”, comenta Fátima.

Efectivamente, el empleo de baja calidad, desarrollado en condiciones de trabajo que afectan directamente a la dignidad de estas mujeres, es lo que ha dejado atrás Consuelo, malagueña de 45 años con cuatro hijos y un nieto a su cargo. “Yo he trabajado por horas muchos años, limpio casas cuando me llaman, cuido a ancianos, atiendo en una panadería…, lo que haga falta para que el frigorífico esté lleno. Pero no quiero eso más, es que no lo quiero”. Chelo, como la conocen en la asociación, es tajante. Necesita, además de mantener las necesidades básicas de su familia, “sentir que puedo aspirar a algo mejor”, que para ella se materializa en un trabajo estable.

Si quieres seguir leyendo el reportaje completo puedes hacerlo en Alma, el portal social social de la Fundación "la Caixa".