La Federación Española de Fútbol (RFEF) ha anunciado este martes el cese del entrenador Jorge Vilda, poniendo fin a una etapa que había estado marcada por éxitos y controversias. Esta decisión llega tras la suspensión de Luis Rubiales, el principal defensor de Vilda, después de un escandaloso incidente durante la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda que ha conmocionado al mundo del deporte.

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El diario 'The New York Times' se hizo eco de esta noticia y proporcionó un contexto sobre cómo se desarrollaron los acontecimientos. El medio estadounidense recordó que Jorge Vilda había aplaudido públicamente a Luis Rubiales durante una comparecencia ante los trabajadores de la RFEF, donde el presidente interino defendió su controvertido acto y prometió un aumento salarial para Vilda, que ascendería a 500.000 euros al año.

Sin embargo, The New York Times también destacó que cuando la situación se volvió insostenible para Rubiales, tanto Jorge Vilda como Luis de la Fuente, entrenador de la selección masculina, emitieron comunicados intentando distanciarse de él. Pero para entonces, el daño ya estaba hecho y las críticas seguían creciendo.

El periódico estadounidense también ha señalado que este escándalo se ha convertido en una especie de movimiento #MeToo en España, liderado por las jugadoras de fútbol y respaldado por la sociedad. “Algunos comentaristas han descrito el episodio como un momento decisivo en el movimiento #MeToo de España, destacando una división entre las tradiciones machistas del país y el progresismo más reciente que ha colocado a España a la vanguardia europea en cuestiones de feminismo e igualdad”, ha subrayado el prestigioso rotatorio.

Vilda ya es historia

Ha sido en la mañana de este martes cuando Vilda se reunió con Pedro Rocha, y éste le comunicó su marcha del organismo en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. La decisión ya habría estado anteriormente tomada, ya que Rocha habría decidido iniciar un proceso de reestructuración del organigrama de la Federación y, es que Vilda era una persona muy afín a Rubiales, razón que sustenta aún más su destitución.

Vilda, de 42 años, asumió el cargo en 2015, relevando a Ignacio Quereda después de haber dirigido con éxito a las selecciones Sub-17 y Sub-19. Durante su mandato al frente del combinado nacional absoluto femenino, logró un total de 75 victorias en 108 partidos oficiales, junto con 16 empates y 17 derrotas. Además, su equipo anotó 310 goles y solo encajó 58. Su legado incluye un Mundial (2023), así como victorias en la Copa Algarve (2017) y la Copa Chipre (2018).

Sin embargo, su renuncia no ha estado exenta de controversia. A pesar de la oferta de renovación realizada por Luis Rubiales en la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) el pasado 25 de agosto, que incluía un contrato de cuatro temporadas a razón de medio millón de euros al año, la actual Junta de la RFEF, encabezada por Pedro Rocha, ha decidido poner fin a la vinculación de Vilda con la selección femenina tras la inhabilitación de Rubiales. Cabe destacar que el ofrecimiento de Rubiales no tenía validez a nivel judicial, lo que llevó al técnico a negociar su finiquito, ya que tenía contrato vigente hasta agosto de 2024.

La polémica que ha rodeado al entrenador durante el último año, sumada al aplauso inicial que recibió Rubiales durante su intervención en la Asamblea, a pesar de su posterior enfrentamiento con el expresidente, han contribuido a acelerar la partida de Vilda, una decisión que no se descartaba incluso antes de la victoria en el Mundial.