El selfie sirve como ejemplo perfecto para definir los tiempos que corren, en los que la apariencia y la pose, resultan dos deidades veneradas por millones de personas a lo largo del globo. Un estudio ha querido mostrar por qué las mujeres se sacan fotos desde un tono más sexy de lo habitual. Investigadores de la University of New South Wales han analizado decenas de miles de selfies con protagonistas de más de 113 países. Desde el estudio también se ha tenido en cuenta las publicaciones bajo el hastag sexy y hot.

El Dr Khandis Blake, encargado de líderar el estudio, ha admitido que "los psicólogos, en primer lugar, observan que la preocupación de la mujer con su apariencia se basa en presiones patriarcales ya que dichas mujeres viven en sociedades en las que la apariencia prevalece frente a otro tipo de valores". Además, "el argumento suele ser que cuando uno ve sexualización ve desempoderamiento".

El doctor añade que "lo que encontramos en su lugar es que las mujeres es más probable que inviertan tiempo y esfuerzo en publicar selfies donde la desigualdad está creciendo y en lugares donde los hombres sostienen mayor poder social y la desigualdad de género es abundante".

Además, Blake ha afirmado que tal hecho "sugiere que este tipo de selfies son un marcador de ascensión social entre mujeres que siguen la trayectoria de incentivos económicos. Para bien o para mal, lucir sexy puede generer retribuciones económicas, sociales y personales".