Santiago Abascal ha visitado a El Intermedio de El Gran Wyoming. Bueno, no exactamente. Para ser más precisos, Joaquín Reyes disfrazado del líder de Vox.

El último sketch del conocido cómico arranca con Abascal presentándose como “el Marie Le Pen cañí” o “el Salvini Castizo”.

“Por mucho que le fastidie a los progres, Vox es imparable. 24 diputados hemos metido al Congreso, como las horas que tiene el día”, dice junto a un cuadro de Blas de Lezo, personaje que le habla y le insta a espatarrarse.

“¿Qué culpa tengo yo de que el PP me ofreciera tantos y tantos cargos?”, se pregunta, y añade: “Y aquí, en Madrid con Esperanza Aguirre… Pfff… Muchísimos. Como ese que me dio. Cómo era, espérate que me acuerde. Fundación para el Mecenazgo y Patrimonio Social, que ni puta idea de lo que era, pero todos los meses tocotó. Menudo pastizal me levanté”.

Abascal ironiza con la integración de neonazis en sus listas: “Con las prisas es fácil que a la hora de hacer las listas se te cuele algún nazi, otro nazi… O alguien con aspecto de gnomo de jardín, como Iván Espinosa de los Monteros”.

El líder de Vox asegura también que “todo gran hombre español ha tenido su caballo”, como “Jesús Gil, que tenía a Imperioso”. “Yo tengo a Derechita valiente”, dice.

Tras esto, se lanza a cantar "con Vox ni un moro va a quedar”; e incluso, se atreve con un chiste: “Ni machismo ni feminismo. Igualdad. El otro día una muchachica me dijo: ‘¿Sabe usted que cobro la mitad que mi compañero por el mismo trabajo?’ Y yo le dije: ‘Igualdad. Igual da. ¿Lo pilláis? ¡Que da igual!”.