No se sabe si llevado por la locura, el mojigatismo o ávido de dinero, el cura veneciano Cristiano Bobbo ha decidido crear una ley que multará los escotes de los vestidos de las novias el día de su boda. Para el clérigo, es necesario cobrar un euro por cada centímetro de sugerencia que sobrepase la línea de la clavícula

Y es que, Cristiano Bobbo, hace también las veces de estilista: "El matrimonio es algo bello, delicado y poético y a veces los estridentes vestidos de las novias son contrarios a eso", tal y como recoge el informativo italiano La Voz de Riviera.  Para el cura muchas novias se olvidan de "la sencillez y el buen gusto", dejadas por "las deformaciones de moda que imponen modelos que aman recrearse en experiencias posiblemente desviadas".

Cristiano tiene un espacio en el informativo para dirigirse a sus feligreses y, tratando de justificar su pensamiento contó una historia popular. La leyenda cuenta que, antaño, era común pagar más o menos dinero al sacerdote según el grado de belleza de la novia: "Haced vosotros las debidas proporciones: la historia podríamos adoptarla también nosotros, sacerdotes, estableciendo una tasa que se debería pagar en proporción a la decencia del vestido de la novia, que muy a menudo se presenta vulgar y sin gusto, inadecuado para la ocasión. Así, las que se presentan más desvestidas, más pagan".

El cura termina así, disfrazando con palabras bonitas, su vetusto alegato: "Hay un estilo de dignidad y compostura que debe ser reconquistado; debe haber un respeto hacia el otro, algo que está en la base de una vida social seria y serena. Sería importante que las esposas hicieran comprender, a través de la sencillez y el buen gusto de su vestido, la poesía y frescura del momento que están viviendo".