Lo que parecía una simple broma entre usuarios de X sobre peleas imaginarias inspiradas en el macroevento de boxeo La Velada del Año ha acabado convirtiéndose en un nuevo choque digital entre el comunicador Fonsi Loaiza y el activista neonazi Alberto Pugilato. Un montaje que mostraba a ambos como hipotéticos rivales, desató una cadena de respuestas que ha incendiado la red social.

La chispa inicial fue un cartel, estilo promocional, en el que se emparejaba a distintos personajes conocidos de X que han tenido roces entre ellos, como si fueran parte del cartel de combates de La Velada del Año versión X. Entre los montajes propuestos, apareció uno enfrentando a Fonsi Loaiza y Alberto Pugilato, lo que generó reacciones inmediatas por parte de los aludidos.

Fonsi Loaiza respondió rápidamente al montaje con ironía y contundencia. Publicó una nueva imagen donde se veía una diferencia física notable acompañada de un mensaje que se viralizó de inmediato:

Este comentario no solo ironizaba sobre el aspecto físico que mostraba el montaje, sino que reavivaba públicamente el conflicto personal e ideológico entre ambos. A partir de ahí, el hilo fue escalando con mensajes cada vez más directos.

El conflicto continúa: insultos, altura y esteroides

En respuesta, Alberto Pugilato escribió:

Lejos de suavizar el tono, Fonsi Loaiza replicó con otro mensaje viral:
“No soy jugador de la NBA. El que se dedica profesionalmente al baloncesto es mi hermano. Pero a tu lado soy Pau Gasol. Eres tú, minion nazi adicto al winstrol, el que está acomplejadísimo y ha tenido que poner una foto mía agachado con otro saco de mierda ultraderechista.”

A lo que Alberto Pugilato respondió:

Este cruce de mensajes, aunque nacido de una publicación humorística, expone de nuevo las tensiones entre figuras de la extrema derecha española y periodistas que han hecho de la denuncia social y el antifascismo una parte central de su trabajo en redes.

Lo ocurrido pone de manifiesto cómo un contenido aparentemente lúdico, como los carteles de combates imaginarios inspirados en eventos masivos de entretenimiento, puede acabar derivando en enfrentamientos reales que trascienden lo digital. En este caso, se mezclan el humor viral, la crítica ideológica y una disputa que ya venía gestándose desde hace tiempo.

Fonsi Loaiza ha sido objeto de múltiples ataques por parte de grupos ultras, especialmente tras denunciar la presencia de activistas neonazis en eventos culturales como la Feria del Libro de Madrid. Durante ese evento, Loaiza fue increpado mientras firmaba libros y denunció públicamente la impunidad con la que actúan figuras vinculadas a la extrema derecha.

Por su parte, Alberto Pugilato es conocido por liderar el grupo musical Más Que Palabras, con letras abiertamente supremacistas, y por haber sido condenado por delitos de odio. Ha promovido discursos negacionistas, racistas y ha defendido actos violentos cometidos por otros extremistas.

Un nuevo capítulo en la tensión entre cultura y ultraderecha

Este episodio vuelve a poner sobre la mesa una pregunta relevante: ¿cómo deben reaccionar los espacios culturales, las redes sociales y los medios ante figuras públicas que promueven discursos de odio? Y, del otro lado, ¿hasta qué punto puede un periodista involucrarse en confrontaciones personales sin desdibujar su papel informativo?

Loaiza, con su estilo directo y combativo, ha convertido su cuenta de X en una plataforma de denuncia constante contra la extrema derecha. Pero su tono, que mezcla ironía, provocación y crítica política, también ha generado división: para algunos es una voz valiente que no se esconde; para otros, su estilo erosiona la credibilidad periodística.

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