La hostelería es el agujero negro de la economía sumergida. Las prácticas irregulares en este grupo forman parte del contrato, en muchas ocasiones, contrato invisible en el que la mala praxis domina el terreno de uno de los sectores más castigados, pero que, a su vez, se convierte también, en uno de los nichos de mercado que más castiga a sus trabajadores. El hilo no puede tensarse más. La pérdida de flexibilidad tras la reforma laboral o la figura del fijo discontinuo, incluida entre los indefinidos no puede sostener más la precariedad y las vulneraciones a la normativa laboral.

Así lo ha puesto en conocimiento el perfil de Twitter @soycamarero a través de un hilo que se ha viralizado en las últimas horas en las redes sociales. La cuenta ha denunciado las irregularidades en la negociación contractual de un empresario dueño de un local de hostelería y un camarero asalariado. Pero en el acuerdo convenido no figura la normativa laboral vigente. Las exigencias van más allá de lo lícito cuando el dueño del establecimiento ofrece una jornada laboral de más de 12 horas diarias bajo un contrato estándar de 30 horas semanales. “Sería de lunes a sábado turno partido de 7.30 horas a 16.30 horas, y de 19.30 al cierre, solemos cerrar a las 23.30 horas más o menos”.

Las reticencias ya quedan marcadas, pero se agravan aún más con la obligatoriedad de trabajar los fines de semanas por un empleo que apenas llega al salario mínimo interprofesional. Eso sí, la compensación de estas condiciones laborales, a ojos del propietario, está en las propinas por 10 euros al día y las jornadas en los días festivos por 20 euros la hora, a cambio de un salario de 950 euros al mes. La conversación indica que el contrato sería de “seis horas y si pasa unos meses y todo va bien te lo subiría a siete”.

Vale y el tío que te abanica donde lo tienes explotador

“Y esto es lo que ocurre y puede ocurrir en muchos casos de querer justificar las propinas como parte del sueldo en España, sin mencionar el resto de los derechos que se pasa por el forro en este caso”, explica. La respuesta de esta cuenta es lo que ha provocado la celebración de las redes sociales: “Vale y el tío que te abanica donde lo tienes explotador”.

Las redes sociales reaccionan

La reacción de los usuarios en Twitter también se ha sumado a esta denuncia que ha hecho pública la cuenta de @soycamarero. Algunas de ellas responden con experiencias similares dejando a flote que las irregularidades en este sector son plato del día para los trabajadores de este grupo. “Pues lo normal en hostelería. En mi empresa no se pagan festivos ni horas extras, no aparece ninguna en nómina. Ah y lo normal es librar un día a la semana que con dos no se puede abrir todos los días”, explica @Jose_o_no. A lo que añade que “lo jodido es que las denuncias no sirven de nada, inspección no llega”.

Si bien, otros perfiles se han sumado a la reivindicación en la denuncia de estas prácticas en los propietarios de los establecimientos. Para ello, uno de los perfiles facilita el enlace del “buzón para denuncias anónimas ante seguridad social y trabajo”. Se le agregan más cuentas que protestan por la situación de este colectivo. “Tengo más de seis años de experiencia, y sí, estas son las condiciones que me he encontrado el 99%, a veces puede que peores”.

Algunos se lo toman con gracia: “Osea trabajas 78 horas a la semana (con suerte) y te paga y cortizas como si trabajas 36, es eso?”. “Tres euros por hora, solo la mitad cotizada, qué chollo!! No entiendo por qué falta “profesionales” en hostelería”, bromea el perfil @eslegon.

A finales del verano del año pasado, las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) destacaban que la temporalidad se ha reducido de forma drástica. En julio, se sellaron 307.015 contratos en hostelería, de ellos 160.581 fueron indefinidos. Pero las cifras de hace un año, fueron de 337.290 contabilizados con solo 27.048 contratos fijos. Los datos de afiliación a la Seguridad Social de 2022 también observan el protagonismo de los sectores a lo largo del año en el caso de la preocupante figura en los fijos discontinuos.

En los meses de verano, la mitad de los fijos discontinuos estaban empleados en actividades vinculadas al turismo, en concreto, en los meses de julio y agosto, representando el 51% de los afiliados con estos contratos. A la llegada del frío, a partir de noviembre, la restauración deja de tener peso y se suman al sector de la educación a la vuelta del curso escolar.