Juan Bernabé, gaditano de 53 años, desconocido para el gran público hasta hace unos días, cuando la Lazio le despidió después de que se filtrara un vídeo suyo alzando el brazo ante los ultras del equipo romano. Un gesto que le ha costado caro y que le ha costado el protagonismo en varios medios de comunicación, desde donde dice que “ha sido un malentendido” y se define como una persona “de derechas, de Vox”, pero “no fascista”.

El gaditano se ha desarrollado profesionalmente como cetrero, acumulando una carrera ‘en los terrenos de juego'. Bernabé ha pasado por estadios míticos del fútbol europeo, como es Da Luz, feudo del Benfica, donde estuvo ligado desde 2003 a 2010. Tras ello, tuvo una breve colaboración con el Ludogorets para acabar en Roma, bajo el amparo de uno de los dos equipos que representan a la ciudad Eterna en la Serie A: la Lazio.

Pero su trayectoria en el conjunto romano ha llegado a su fin esta misma semana, cuando se filtró un vídeo en el que aparecía haciendo el saludo fascista junto a los ultras del equipo laziale. Al gesto le acompañaron gritos de “¡Duce! ¡Duce!”, sobrenombre que sus correligionarios le pusieron al totalitario Benito Mussolini.

La imagen de Bernabé con el brazo alzado se viralizó en cuestión de horas y su futuro en el conjunto romano estaba visto para sentencia. Su despido no tardó en llegar, sobre todo después de que la Unión de Comunidades Judías Italianas denunciara la acción del gaditano. “No puede haber ambigüedad ni vacilación. Fuera los fascistas del mundo del fútbol”, declaró su presidenta, Noemi Di Segni.

El conjunto romano, en el momento de comunicar el despido de Bernabé, tuvo que explicar que el cetrero no formaba parte “directamente” de la organización, pero anunciaba la suspensión inmediata cualquier servicio que el gaditano pudiera prestar a la entidad laziale. “Es un empleado registrado de una empresa ajena a la Lazio”, justificó la Lazio, subrayando que estas “actitudes ofenden al club, a los aficionados y a nuestros valores”.

Soy de derechas, absolutamente, de Vox, pero no tengo unos ideales fascistas

Tras su despido, El Mundo intentó ponerse en contacto con Bernabé, pero el cetrero se acogió a la ley del silencio mientras aguarda a que sus abogados liquiden los contratos con la Lazio. No obstante, lo que sí explicó el español, ante el diario Adnkronos, es que se trató de “un malentendido”.

En el mismo medio, Bernabé lamenta “lo ocurrido” y se define como una persona “de derechas, absolutamente, de Vox, pero no tengo unos ideales fascistas”. Explica que en España el saludo fascista “se hace con el brazo en línea recta”. En este sentido, esgrime que es un hombre que ha viajado “por el mundo” y guarda relaciones “con gente de todas las razas”, por lo que su gesto fue “para celebrar el final de un partido”. Es decir, “un saludo militar” sin importancia, pero nunca “un saludo fascista”.