La tensión política previa al 12 de octubre ha vuelto a trasladarse a las redes sociales. El líder de Vox, Santiago Abascal, publicó este sábado un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) en el que afirmaba: “Cuanto más lejos se está de la mafia, más cerca se está de los españoles”.Pocos minutos después, el portavoz de ERC en el CongresoGabriel Rufián, le ha respondido con una contundencia minimalista: dos capturas de titulares de prensa. En ellas se recogen las declaraciones de Macarena Olona, exdirigente de Vox, quien acusó a Abascal de enriquecerse con el desvío de dinero público a través de la Fundación Disenso, vinculada al partido. A su vez, a exportavoz de Vox en Baleares acusó también al partido de desviar fondos. 

Con ese gesto, el diputado independentista ha logrado contrarrestar el mensaje de Abascal sin escribir una sola palabra, dejando que los propios titulares respondieran por sí mismos y monstrando la hipocresía de la ultraderecha. La publicación de Rufián se ha viralizado rápidamente, con miles de reacciones y comentarios irónicos sobre el líder de Vox y su mensaje anticorrupción.

Las sanciones por financiación irregular

Vox acumula años de polémicas por la falta de transparencia en su financiación. Exdirigentes como Macarena OlonaJuan Jara han denunciado posibles desvíos de fondos y donaciones irregulares, señalando que parte del dinero habría ido a parar a una fundación controlada por Santiago Abascal. El Tribunal de Cuentas ha impuesto ya tres sancionesal partido por irregularidades, que suman 1,15 millones de euros.

El caso más delicado es el préstamo del banco húngaro MBH, entidad próxima al Gobierno de Viktor Orbán. Vox reconoció haber recibido dos créditos millonarios (6,5 millones en 2023 y 7 millones en 2024), pese a que la ley prohíbe a los partidos españoles financiarse con dinero de entidades extranjeras vinculadas a gobiernos. Aunque el partido alegó falta de apoyo de la banca española, documentos públicos revelan que BBVA y Santander sí ofrecieron préstamos, lo que contradice su versión.

La Fiscalía Anticorrupción archivó el caso en 2025, al considerar que el préstamo fue real y ya devuelto con intereses. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas mantiene abiertas dudas sobre el posible vínculo estatal del banco húngaro y la legalidad de la operación. Vox, por su parte, insiste en que el Gobierno presionó a la banca española para negarles financiación, aunque no ha aportado pruebas.

Otro escándalo histórico es el financiamiento por parte del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI). Vox nació a finales de 2013 con una lluvia de donaciones desde el exilio iraní: entre diciembre de 2013 y abril de 2014, simpatizantes iraníes del CNRI realizaron 141 transferencias por casi 972.000 euros a la recién creada formación española. Estos fondos pagaron el alquiler de la sede, sueldos de Abascal y empleados, y equipo informático. Alejo Vidal-Quadras, entonces presidente de Vox, reconoció más tarde que Abascal sabía del origen extranjero de los pagos y que “estaba encantado” con el apoyo.

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