Madrid ha dado este sábado el primer paso hacia la celebración de su Gran Premio de Fórmula 1, con la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, al frente del acto inaugural en la emblemática Puerta del Sol, frente a la Real Casa de Correos. Con un gesto simbólico y la activación de una cuenta atrás que culminará el 13 de septiembre de 2026, Ayuso ha marcado oficialmente el inicio de los preparativos para una de las citas más importantes del calendario automovilístico internacional.

La dirigente madrileña ha expresado su entusiasmo por la vuelta de la Fórmula 1 a la región, recordando que el último Gran Premio se disputó hace 45 años y subrayando que el objetivo es convertir a Madrid en “la capital mundial de la Fórmula 1”. “Queremos hacer de Madrid la capital mundial del motor. La Fórmula 1 es ya una realidad. Es un orgullo para el mundo entero, porque los amantes del motor y de la libertad van a tener la puerta abierta a un nuevo circuito”, ha afirmado la madrileña.

Durante su intervención, Ayuso ha agradecido la colaboración de comerciantes, contribuyentes y visitantes, así como el trabajo de quienes se esfuerzan por mantener los transportes públicos y las infraestructuras de la ciudad en condiciones óptimas para recibir un evento de esta magnitud. 

“Gracias a los que lo hacen posible: a los comerciantes, al contribuyente madrileño, a nuestros visitantes, que son una riqueza, a todas las personas que pelean y prosperan para que Madrid tenga unos transportes públicos de la mejor calidad y unas infraestructuras que permitan tener esta competición de primer orden y que se disfrute como todo lo que se hace en Madrid, siempre con calidad", ha añadido.

Sin embargo, el acto no ha estado exento de tensión. Poco después de comenzar su discurso, varios asistentes han desplegado carteles con mensajes contrarios al Gran Premio, en especial uno de color amarillo que rezaba: Stop Fórmula 1 Madrid”. La protesta ha sido convocada por una plataforma ciudadana que denuncia que la llegada de la Fórmula 1 a Madrid provocará la tala de “cientos de árboles”, complicaciones en la movilidad urbana y efectos negativos sobre la salud de los vecinos. El lema de los manifestantes, “Nuestros barrios no son un circuito”, pone en evidencia su rechazo a la construcción del circuito en Ifema y Valdebebas, calificando el proyecto de “disparatado y especulativo”.

La presidenta madrileña ha continuado su intervención mientras algunas personas protestaban y gritaban consignas. En un momento, ha elevado la voz tratando de hacerse oír. Poco después, la señal televisiva que transmite el acto ha cambiado de plano abierto para enfocarla únicamente a Ayuso, con la boca de metro de Sol como fondo, minimizando la visibilidad de los manifestantes.

El Gran Premio de Fórmula 1 en Madrid representa un proyecto ambicioso, no solo por su impacto deportivo y económico, sino también por el debate social que ha generado. La Comunidad de Madrid espera atraer a miles de aficionados del motor y posicionar a la capital como un referente global en competiciones de alto nivel, mientras los colectivos críticos llaman a replantear el modelo y analizar las consecuencias medioambientales y urbanísticas.

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