El incendio declarado en la localidad madrileña de Tres Cantos a última hora del lunes ha reabierto el debate sobre la situación laboral de los bomberos forestales en la Comunidad de Madrid. Este martes, durante una entrevista en Mañaneros 360, el presidente del comité de empresa, Jesús Molina, no ha escondido su indignación al detallar las carencias con las que afrontan emergencias como la de anoche o la de Ávila hace apenas unos días.

Molina comenzó su intervención recordando que “actualmente la Comunidad de Madrid están sin cubrir 33 plazas de bomberos forestales” y que, de una plantilla aproximada de 530 profesionales, “faltaría un 7/8%”. También reclamó una actualización inmediata del convenio colectivo, que según subrayó “está caducado al ser el mismo desde 2008”.

La denuncia no quedó ahí. El representante sindical apuntó que “llevamos 15 años de congelación salarial en los que nuestros salarios no se han movido”. A esto se suma, añadió, la falta de diálogo institucional: “Llevamos meses de protestas intentando reunirnos con el consejero de Medio Ambiente, Carlos Novillo, y la empresa pública Tragsa en una mesa a tres y aquí nadie nos recibe. El 25 de abril hicimos una huelga y desde el 15 de julio y hasta el 15 de agosto teníamos convocada otra. Es responsabilidad de ambas instituciones que no estemos al 100% de efectivos”.

El momento más tenso llegó cuando el presentador Javier Ruiz le preguntó por las condiciones en las que desarrollan su trabajo en plena extinción. La respuesta fue un estallido: “Nosotros trabajamos en primera línea de fuego y somos bomberos forestales a pesar de que la Comunidad de Madrid no nos tiene reconocida la categoría cuando hay una ley estatal que así lo dice. Estamos jugándonos el físico el otro día en el incendio de Ávila o anoche en el de Tres Cantos y defendiendo las urbanizaciones y a la ciudadanía por 1.300 euros, que en la Comunidad de Madrid es una vergüenza absoluta”.

El dirigente sindical añadió que no les "da para llegar a fin de mes y queremos proteger el Patrimonio Nacional y a nuestros vecinos, pero también a nuestras familias y darles un futuro. Es una absoluta vergüenza, superamos por poco el Salario Mínimo Interprofesional y llevamos 15 años con el salario congelado”.

En el tramo final de la entrevista, Molina insistió en la raíz del problema: “La falta de voluntad política entre organizaciones que se tiran la pelota entre ellos y hacen oídos sordos”. A su juicio, el bloqueo administrativo se ha convertido en una cadena interminable: “La Comunidad de Madrid le tira la pelota a Tragsa, esta a Hacienda y el Ministerio de Hacienda no da permiso para que nos suban el salario y aquí entre toda la casa sin barrer y los perjudicados nosotros y por consiguiente la ciudadanía, ya que no se puede dar un servicio al 100% de garantía”.

Molina también alertó sobre la precariedad de buena parte de la plantilla, precisando que “el 40% de los trabajadores solo está contratado cuatro meses al año”. A ello se suma la falta de medios para su protección frente a los agentes cancerígenos que inhalan en cada intervención: "No se nos protege. Pedimos un poco de dignidad para nuestro trabajo, que no se nos tiene. La Comunidad de Madrid no cita que hemos estado trabajando esta noche", ha ahondado.

Y es que, ante la precaridad de este equipo esencial de emergencias, Molina ha enfatizado que tan sólo tienen contrato de cuatro meses al año: "Tenemos compañeros que el 30 de abril están pintando un techo en una cocina y el 1 de mayo se están subiendo a un helicóptero para apagar un incendio. Si esto es normal, que baje Dios y lo vea, es una absoluta vergüenza", ha claudicado. La intervención de Jesús Molina dejó un mensaje claro: la situación actual no solo compromete a los trabajadores, sino que, de prolongarse, también podría poner en riesgo la capacidad de respuesta ante emergencias que afectan directamente a la población y al patrimonio natural de la Comunidad de Madrid.

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