En Más Vale Tarde han analizado parte del libro que ha visto hoy la luz en Francia, Reconciliación, las memorias del rey emérito, Juan Carlos I. No obstante, Antonio Maestre ha puesto el foco en la dedicatoria. En concreto, el rey emérito dedica la primera página de su libro “A sus padres, a sus hermanos y hermanas, a su esposa, a sus hijos, a sus nietos y a todos los que le acompañaron en la transición democrática".
Ante ello, el periodista Antonio Maestre ha comenzado su intervención resaltando que mencione a su hermano: "Lo de su hermano es recochineo, eh". Con esto ha hecho referencia a la muerte de su hermano Alfonso en 1941, muerte que también es mencionada en sus memorias.
"No me recuperaré de esta desgracia. La gravedad me acompañará en adelante (...) Lo echo de menos, me gustaría tenerlo a mi lado, poder hablar con él. He perdido a un amigo, a un confidente. Dejó un vacío inmenso. Sin su muerte, mi vida habría sido menos sombría, menos infeliz", comenta el rey al respecto en el libro, según recoge EFE.
Sin profundizar en exceso, el rey emérito detalla como él y su hermano, de 14 años, estaban jugando inocentemente con una pistola del calibre 22 que estaba descargada, aún que, sin saberlo, tenía una bala en la recámara. “Disparó un tiro al aire, la bala rebotó y alcanzó a mi hermano en plena frente. Murió en brazos de nuestro padre", comenta en sus memorias, donde asegura que además “todavía es difícil hoy hablar de ello".
— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) November 5, 2025
Las memorias de un rey exiliado
Las memorias del rey emérito ya están circulando por Francia desde que este miércoles salieran a la venta. A pesar de no haber llegado a España, se han ido conociendo breves adelantos que han generado distintos e intensos debates, así como puesto en duda, la figura del emérito, como, por ejemplo, por las opiniones que deja sobre Franco, sorprendentemente favorables, en las que, además de recordar unas "relaciones personales y frecuentes", subraya que respetaba y apreciaba en gran medida "su inteligencia y su sentido político".
También hay otros temas que han generado una gran polémica, como su salida de España a Abu Dabi y el hecho de negar y poner en duda algunos de los hechos que le llevaron a una crisis de imagen, como sus problemas con Hacienda.
Respecto a ello, el emérito alega en su libro que la razón detrás de su exilio es "la presión de los medios y del Gobierno, tras la revelación de una cuenta bancaria que tenía en Suiza, y por acusaciones totalmente infundidas" además de su intento de protección en las funciones como jefe del estado de su hijo.
El emérito relata de la misma forma una conversación con cierta tensión que mantuvo con Felipe VI tras su abdicación: "No olvides que heredas un sistema político que yo he construido. Puedes excluirme en el plano personal y financiero, pero no puedes rechazar la herencia institucional en la que has crecido. Solo hay un paso entre ambas".
Habla con ternura de la reina Sofía: “Su presencia a mi lado sigue siendo muy querida, pero sé que no quiere complicar el reinado de su hijo”. Mientras que sobre Felipe VI reconoce: “Comprendía que como Rey Felipe adoptara una postura pública firme, pero sufrí que como hijo se mostrara insensible”.
Uno de los capítulos más extensos está dedicado a su relación con Franco, a quien trata con “respeto e incluso cierto cariño”. Recuerda que el dictador, antes de morir, le pidió “mantener la unidad de España” y añade que “esa fue su última voluntad, no me pidió mantener el régimen ni los principios del Movimiento. Me concedía libertad para actuar, y así lo hice”.
El emérito evita entrar a fondo en sus polémicas financieras, pero admite sus errores personales. “Esa relación fue un error que lamento amargamente”, confiesa sobre Corinna Larsen. También dedica unas líneas a Letizia: “La entrada de Letizia en la familia no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones. Le abrí mi despacho, pero nunca vino”. Aun así, valora “la buena educación que ha dado a sus hijas”.
El emérito llega a decir que la monarquía en España sigue siendo "frágil" y objeto de ataques, pero asegura tener plena confianza tanto en su hijo, Felipe VI, como en su nieta, la Princesa Leonor, que, a su parecer, está "extremadamente bien preparada" además de remarcar que, "España no es automáticamente monárquica".
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